Por Alejandro A. Morales
TORONTO. Los valores en el ser humano son concretos, reales y vigentes, el adulto maduro trata de hacerle frente a cualquier situación que se le presente a fin de darle la mejor solución posible. Somos dueños de nuestros actos y acciones, que por mucho que nos de miedo asumir la libertad que se nos ha dado, debemos utilizarla de manera racional, correcta y responsable. Estos nos ayudan a crecer y hacer posible el desarrollo armonioso de todas las capacidades del ser humano.
Los valores están ligados a nuestra propia existencia, afectan la conducta, configuran y moldean las ideas y sentimientos. Un valor no es una simple palabra, sino el resultado de tres componentes: Un objeto que se desea, un sujeto que escoge y un contexto social.
El hombre se construye y crece a medida que va asumiendo la vida con rectitud, esto nos permite juzgar si nuestra conducta es correcta e incorrecta, buena o mala. El concepto de valor consiste en un conjunto interiorizado de principios nacidos de experiencias analizadas en función de su moralidad.
El adulto mayor es aquella persona que además de su crecimiento físico, ligado a su desarrollo cronológico (edad) evidencia un nivel de autonomía consagrado por la experiencia individual y colectiva. No importa cuánto sabe (mucho, poco o nada) de lo que exige el sistema escolar, ni cuántos años tiene, sino cuánto puede (física, psíquica y socialmente) dentro de una sociedad concreta.
El concepto de valor se encuentra en diferentes tipos de personas como lo son: políticos, amas de casas, sacerdotes, profesores, deportistas, etc. Aunque en cada uno tiene diferentes sentidos, siempre hace referencia a un contenido común: cualidad o conjunto de cualidades que hacen que una persona o cosa sea apreciada. Los seres humanos buscamos un sentido a la realidad de nuestro entorno mediante la creación de argumentos que expliquen qué es lo que realmente vale la pena vivir.
El valor es la convicción reflexionada y firme de que algo es bueno o malo y de que nos conviene positiva o negativamente. También definimos como valor el tener las cosas un precio determinado para la compra o para la venta, equivale ser de naturaleza o tener alguna calidad que merezca aprecio y estimación, tener una persona poder, autoridad o fuerza.
Hay personas que le dan la máxima importancia a una cualidad que, para otras, no tienen tanta significación; eso depende de las escalas de valores de cada individuo. Los valores nos permiten juzgar si nuestra conducta es correcta o incorrecta, buena o mala. Ejemplos de valores: La confianza, autenticidad, equilibrio, generosidad, delicadeza, diálogo, etc.
Otras definiciones del valor: Valorar es asignar importancia a las diversas partes de nuestra experiencia. Es un proceso orientado a establecer lo que uno aprecia y quiere. Valorar implica mirar, escuchar, pensar y sentir. Es como una síntesis de lo que se considera verdaderamente trascendente. Los valores juegan un papel determinante en el desarrollo del ser humano. La jerarquía de los valores se interioriza con el paso de los años y determina el comportamiento humano.
Otras definiciones establecen el valor como el grado de utilidad o actitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite. O el alcance de la significación o importancia de una cosa. Asimismo, la cualidad del alma, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y, a arrastrar sin miedo los peligros.
Valores que son de vigencia en el adulto mayor:
Honestidad: La honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exigen dar a cada quien lo que le es debido. Si queremos ser honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y buscar la manera más eficaz de superarlo, con acciones que nos lleven a superar todo aquello que afecta a nuestra persona. Para ser honestos hace falta ser sinceros en todo lo que decimos; fieles a las promesas hechas.
Respeto: El respeto es la base de toda convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar. El respeto también es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de las cualidades de los demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas
Responsabilidad: La responsabilidad es un signo de madurez, pues el cumplir una obligación de cualquier tipo no es generalmente algo agradable, pues implica esfuerzo. Gracias a ella podemos convivir pacíficamente en sociedad, ya sea en el plano familiar, amistoso, profesional o personal.
Otros valores dignos de ser incluidos serían: pulcritud, decencia o pudor, el perdón, y la perseverancia, siendo esta última un esfuerzo continuo y un valor fundamental en la vida para obtener un resultado concreto. El combustible para que la perseverancia pueda moverse largamente es el de la visión de largo plazo y la profundidad. (Fuente: Y. Andrés Castillo S.)