Por Alejandro A. Morales
TORONTO. La jubilación no es un sinónimo de inactividad para las personas mayores y, menos aún, suponer que dejan de contribuir con su esfuerzo al desarrollo económico y social. Muy al contrario, salvo las que tienen algún grado importante de incapacidad, siguen manteniendo una importante actividad contributiva, muchas veces desde el propio ámbito familiar.
Muchos jubilados han tenido que acoger y mantener en sus casas a la familia de alguno de sus hijos y ello muchas veces con rentas escasas. Con frecuencia se ocupan del cuidado de sus nietos mientras los padres de éstos trabajan. O cuidan a familiares enfermos dependientes. O realizan un trabajo de apoyo social voluntario no remunerado.
La edad de jubilación de hecho carece de argumentos biológicos que impongan limitaciones a la capacidad de las personas. El incremento de la esperanza de vida hace que los mayores tengan una necesidad continua de mantenerse no sólo activos, sino también productivos. Una inquietud que muchas veces se desaprovecha. Las personas mayores tienen mucho que aportar a la sociedad moderna en ese cada vez más largo periodo de vida que se abre tras la jubilación.
En la actualidad las personas han cambiado más rápidamente que las estructuras, las oportunidades para desempeñar un rol y las normas sociales. Desde ese enfoque, igualmente se pone el acento en la mejor salud y situación financiera, así como la mejor formación de las personas ancianas actuales, que en muchos casos desean continuar siendo útiles. Se concluye, por tal razón, que las estructuras deberán volverse más flexibles a fin de permitir a las personas alternar los diferentes tiempos – de aprendizaje, trabajo, ocio y desarrollo de los valores humanos – a lo largo del ciclo vital.
Ante la idea que se les propone de que las personas pueden sentirse más libres para actuar de forma altruista cuando tienen sus necesidades básicas cubiertas, las opiniones son diversas. Muchas personas entienden que es importante mantener una mínima seguridad económica que libere a las personas
de esa presión. Hacer algo por los demás, así como aprender cosas nuevas y desarrollar habilidades, es visto por las personas mayores como la mejor forma de enriquecimiento personal. Dice un voluntario en un hospital: “El contacto con las personas enfermas te hace enriquecer. A mí lo que más me impresiona son las personas que están solas, por las razones que sean. Algunos podríamos comprometernos en ese cometido de pasar más tiempo con ellas, una hora al día, por ejemplo”.
Son algunas contribuciones que las personas jubiladas hacen a la sociedad de forma desinteresada y que no son tenidas en cuenta. Se desconoce, por otra parte, cuántas personas se encuentran enroladas en tales actividades de carácter altruista. Sin embargo, son muchas las personas mayores que realizan una
labor callada, al no ser considerada, pero también porque es percibida como natural en el ámbito familiar. Pueden ser abuelos y abuelas que cuidan en mayor o menor grado de sus nietos y nietas, constituyendo un apoyo fundamental para la familia en el plano material, ejerciendo roles instrumentales. Su aporte es insustituible por el apoyo afectivo y emocional que prestan a esos niños y adolescentes, incluso por lo que se supone como valor simbólico para ellos.
Pero hay otro tipo de contribución que las personas mayores pueden realizar en la actualidad. Son aportaciones de carácter económico que no son sospechadas por los miembros de la sociedad en general, y que incluso son ignoradas por ciertas personas cuya actividad profesional se basa en el estímulo a la inversión de quienes poseen recursos económicos y pueden ahorrar e invertir.
Un ejemplo es el siguiente: dado el incremento en los últimos años de personas jubiladas con recursos económicos, en ciertos países como Gran Bretaña ha aumentado el número de quienes desean obtener la licencia de piloto para realizar sus sueños de juventud y madurez: volar conduciendo su propia
avioneta. Además, pilotos (varones y mujeres) que obtuvieron su licencia anteriormente desean continuar volando.
Por todo ello, la empresa estadounidense fabricante de avionetas Cessna está planificando la producción de un modelo adaptado a las necesidades de las personas de edad, que pueden tener algunas dificultades para ver y oír. Son conscientes de que las personas mayores son un grupo cada vez más próspero, con no sólo una mayor capacidad adquisitiva, sino con estilos de vida diferentes con respecto a las personas de edad adulta que les precedieron.
Lo anteriormente expuesto pone de manifiesto la necesidad de seguir investigando y profundizando en los diversos aspectos que configuran una vejez positiva, en la mejora de su calidad de vida, en los aportes que, de forma callada, oculta, anónima, realizan al resto de la sociedad. Es también necesario analizar la ideología, prejuicios y utilización que se hace de la vejez y las personas.
Por último, una conclusión, entre otras: las personas jubiladas sólo necesitan oportunidades, cauces, para desarrollar todo su potencial. Ellas están dispuestas a darlo. (Fuente: Publicación Sanitas).