Rodrigo Díaz M.
Canadá ha sido durante mucho tiempo una tierra de oportunidades, que atrae a soñadores y emprendedores de todo el mundo. Entre ellos se encuentran los nuevos empresarios, inmigrantes que llevan menos de una década en el país, cuya ambición impulsa más del 7% de las empresas canadienses.
Sin embargo, detrás de sus inspiradoras historias de éxito se esconden obstáculos únicos que amenazan su crecimiento e integración en la vibrante comunidad empresarial del país.
Un nuevo informe de la Federación Canadiense de Empresas Independientes (CFIB), De los desafíos a las oportunidades: La experiencia empresarial de los recién llegados a Canadá, arroja luz sobre estas dificultades. El informe identifica cuatro retos clave a los que se enfrentan los nuevos empresarios al establecer sus empresas en Canadá.
1. Conseguir recursos financieros y orientación: el laberinto del dinero
Para muchos emprendedores recién llegados, financiar un negocio en Canadá es como navegar por un laberinto sin mapa.
El informe de la CFIB revela que casi todos los participantes dependían en gran medida de sus ahorros personales para poner en marcha sus empresas, una tendencia que refleja patrones más amplios entre los propietarios de empresas inmigrantes y los nacidos en Canadá.
2. Navegar por el entorno regulatorio de Canadá: reglas del juego
El panorama regulatorio de Canadá es un arma de doble filo para los empresarios recién llegados. Mientras que algunos, como el registro de empresas, lo encuentran sencillo en comparación con sus países de origen, otros tropiezan con permisos complejos específicos del sector, leyes laborales y cumplimiento tributario.
3. Establecer credibilidad y construir redes
En la unida comunidad empresarial de Canadá, la credibilidad es lo más importante, pero para los recién llegados ganársela es una ardua batalla. Sin referencias locales ni redes establecidas, entrar en escena depende en gran medida de las referencias personales. El informe de la CFIB destaca cómo este lento proceso puede frenar el crecimiento, dejando a los empresarios inmigrantes al margen.
4. Superar las diferencias culturales y de comunicación
Adaptarse a las normas empresariales canadienses es una curva de aprendizaje empinada para muchos recién llegados. Las barreras lingüísticas y las sutiles diferencias de comunicación complican todo, desde las negociaciones con los clientes hasta las relaciones con los proveedores. El informe señala que, si bien las comunidades culturales proporcionan estabilidad, una dependencia excesiva de ellas puede dificultar la integración en el mercado en general.