Rodrigo Díaz M.
El año pasado los precios de los combustibles fósiles alcanzaron máximos históricos. En el 2023 no será muy diferente.
Según un nuevo informe de Deloitte que prevé los precios del petróleo y el gas, el Edmonton City Gate, crudo de referencia en Canadá, se situará en 101,35 dólares por barril.
El West Texas Intermediate, crudo de referencia en el mercado norteamericano, se prevé en 80 dólares el barril para 2023, señala el informe publicado el 9 de enero.
“Vamos a ver precios elevados en todo el país. Es una época muy cara”, declaró Andrew Botterill, responsable nacional de energía y productos químicos de Deloitte en Canadá. “Esperamos ver precios del petróleo relativamente altos a lo largo del año. Y, para ser sinceros, la historia del gas natural es muy parecida”, dijo Botterill.
“Por desgracia, como consumidores, probablemente será caro calentar nuestras casas y llenar nuestros depósitos”.
Aunque se prevén costes inflados en todo el país, los residentes en provincias como Alberta y Saskatchewan pueden notar precios ligeramente más bajos debido a la proximidad de muchas instalaciones de producción.
La mayor parte del mundo ha salido de la pandemia del COVID y la demanda ha aumentado. Junto con el conflicto de Ucrania, se prevé que los precios se mantengan altos, incluso más altos que los vistos el año pasado.
Según el informe de Deloitte, la imposición por parte de los países europeos, en coordinación con el G7 y Australia, de un tope de 60 dólares por barril al crudo ruso transportado por vía marítima ha agravado la incertidumbre sobre los precios. La limitación de precios también afecta a países como China, India y Turquía, que se convertirán en los principales clientes del crudo ruso.
Rusia, segundo exportador mundial de petróleo, ha declarado que no venderá a los países que hayan aceptado el tope.
En cuanto a las subidas de precios del gas natural, se trata de una historia muy similar.
En Canadá, la producción de gas natural no ha dejado de crecer desde finales de 2020, según el informe de Deloitte. Pero los precios más altos de 2022 no han producido el repunte de la oferta que se esperaba, afirma el informe.
Ahora, la falta de impulso en la perforación de gas y la producción asociada refleja la falta de certidumbre sobre los precios futuros.
También es probable que continúe la “presión inflacionista” sobre los costes de calefacción de los hogares, ya que no parece probable que se produzcan aumentos significativos de la oferta.
“Con la continua incertidumbre geopolítica, es probable que el primer trimestre de 2023 sea igual de volátil que los últimos trimestres, pero con la ansiedad añadida de un invierno frío en pleno apogeo”, según el informe.
Al igual que otras materias primas, el gasóleo también registrará precios elevados en 2023.
Como el precio del combustible se determina a escala mundial, Canadá tiene poco control de lo altos que pueden llegar a ser los precios, según Bernard.
Sin embargo, se espera que la demanda de petróleo se reduzca en el futuro, ya que Canadá quiere contribuir a combatir el cambio climático y reducir el uso de combustibles fósiles.
Según Botterill, aunque muchos pensaban que Canadá podría provocar más transiciones energéticas, las empresas tomaron la decisión de “acumular efectivo, apuntalar sus balances y asegurarse de que son financieramente fuertes”, para prepararse ante la posible volatilidad.
“No debemos esperar que las empresas aumenten drásticamente sus presupuestos. Creo que están invirtiendo en cosas como nuevas tecnologías. Quieren pasar a tecnologías con menos emisiones de carbono”, afirmó.