Había más que suficientes preguntas acerca de por qué el proceso no dio resultados para los Blue Jays de Toronto en esta temporada antes de que John Schneider saliera al montículo en la cuarta entrada para retirar a José Berrios y sustituirlo por Yusei Kikuchi.
Independientemente del resultado de la decisión, todo esto se relaciona con los problemas más amplios que este equipo debe afrontar.
Es que, desde la pelea por el comodín, los Blue Jays solo tenían que ganar un juego contra Tampa Bay de dos que quedaban para meterse. No ganaron ninguno de los dos y solo pasaron a la final por el comodín porque su rival directo también fue derrotado. Luego perdieron los dos juegos contra Los Twins; cuatro derrotas consecutivas.
Nada de esto hubiese sucedido si una ofensiva que se suponía que era una fortaleza y no lo fue, capitaliza las primeras oportunidades.
Sin embargo, ignorar el rendimiento en tiempo real por las líneas de tendencia de los datos anteriores o basarse demasiado en las probabilidades cuando la jugada se desvía de las expectativas tiene un coste humano, y encontrar el equilibrio adecuado entre ambos es la difícil aguja que todas las organizaciones de béisbol intentan enhebrar.
Tanto si los Blue Jays no los batearon como si los lanzadores no los lanzaron, no hubo suficientes en toda la temporada. Y en lugar de ganar un mañana, en su lugar ahora deben hacer frente a todas las preguntas que la temporada baja traerá, el proceso detrás de las decisiones en el Juego 2 y las lagunas de rendimiento durante toda la temporada principal entre ellos.