Cuando se habla de cosmética, la mayoría de personas piensan que se trata exclusivamente de maquillaje pero, en realidad, abarca todo el cuerpo, de pies a cabeza, y no sólo es estética, sino que también cumple una gran función en la salud.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y cumple una función de protección ante los factores externos que puedan dañarlo, por ello su cuidado debe ser impoluto, de pies a cabeza.
Peinados como las coletas, las trenzas o los alisados japoneses no son el mejor método para controlar la rebeldía de la melena. El cuidado capilar previo al peinado es lo que realmente doma al cabello y hace que luzca como si acabásemos de salir de la peluquería.
María Martínez y Anabel Vázquez son dos apasionadas de la belleza que, sin planearlo, han hecho de su atracción por la cosmética una dedicación, Laconicum, una tienda de cosmética “online” que ofrece productos que ellas denominan “ultracosmética” .
Un tipo de cosmética que han recogido en un manual de belleza “para curiosos, entendidos y “beauty freaks””, titulado “Ultracosmética” en que las emprendedoras hacen un análisis exhaustivo del mundo “beauty”.
Un libro de belleza que recoge los secretos de cosmética para la piel del rostro, del cuerpo y del cabello, y que funciona a modo de guía para no sentirse perdido dentro de este amplio mundo.
CONOCER QUÉ ES LA ULTRACOSMÉTICA.
Todo manual parte de una base, en este caso conocer qué es la cosmética. Cuando se escucha esta palabra la mayoría de personas piensan que se trata exclusivamente de maquillaje, pero no, la cosmética abarca todo el cuerpo, de pies a cabeza, y no sólo es estética, sino que también cumple una gran función en la salud.
Existen muchos tipos de cosmética. Desde su origen, como biológica, química o vegana; por su función, como relajante, exfoliante o protectora; y hasta se plasma en productos como velas, elixires o esprays.
Así, por ejemplo, un producto anticelulítico también es cosmético, y puede ser de tipo vegano, cumplir una función relajante y aplicarse en espray.
Según las autoras “la cosmética es una fuente de satisfacción pero también de preguntas”, por eso, con este libro, pretenden dar respuesta a preguntas como: ¿Sabes cómo usar lo que tienes en los estantes del baño? ¿qué son los sulfatos y por qué están demonizados? ¿sabes la diferencia entre bio, natural, ecológico y orgánico?.
CÓMO Y CUÁNDO CUIDAR LA PIEL.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y cumple una función de protección ante los factores externos que puedan dañarlo, por ello su cuidado debe ser impoluto, de pies a cabeza.
Debemos tratarla teniendo el cuenta el tipo y las condiciones de cada uno, ya que los productos que apliquemos sobre ella sólo harán efecto si son compatibles con la misma.
Todas las pieles, ya sean grasas, mixtas o secas, tienen unas condiciones dadas por el ritmo de vida, la alimentación o el paso del tiempo. La condición de la piel puede ser sensible, si se encuentra irritada, madura si se superan los 45 años, o deshidratada si la piel está seca en exceso.
Independientemente del tipo de piel, lo imprescindible es mantenerla siempre limpia y fresca, tanto el rostro como el resto del cuerpo.
En cuanto al rostro, una hidratante y una limpiadora nunca deben faltar en la rutina de cuidados. Existen infinidad de productos con diferentes fórmulas para cumplir la misma función y complacer a todo tipo de pieles, desde limpiadoras en gel, toallitas o aceites, a hidratantes en crema, bálsamos o leches.
Para el cuerpo, la rutina sigue siendo igual, limpiar e hidratar. Un gel de baño, una esponja exfoliante y una crema o aceite, deben de ser los productos básicos para el día a día.
Ahora bien, el cuerpo también puede tener imperfecciones, como la celulitis o las estrías, en ese caso exige una rutina más específica que María Martínez y Anabel Vázquez resumen en “ultratips”, como hidratarse antes de dormir, para lo que aconsejan “dejar la crema en la mesilla junto al libro y las gafas” o diferenciar la exfoliación de la semana a la del fin de semana, cuando aconsejan cambiar de producto “para que sea mayor el efecto embriagador”.
DOMAR AL CABELLO.
Las mujeres tenemos una relación de amor odio con nuestro pelo. La libertad y la rebeldía del cabello es lo que hace que nunca estemos contentas con nuestra imagen, pero que a la vez le veamos el atractivo a nuestra melena.
Peinados como las coletas, las trenzas o los alisados japoneses no son el mejor método para controlar la rebeldía de la melena. El cuidado capilar previo al peinado es lo que realmente doma al cabello y hace que luzca como si acabásemos de salir de la peluquería.
Cuando se lava el cabello también se lava el cuero cabelludo, que también es piel y, al igual que el resto de la piel, requiere un tipo de cuidado especial y también tiene sus imprescindibles en la rutina diaria de lavar y peinar.
Ambas son tareas sencillas que deberían de tener siempre el mismo resultado, pero debido a los factores externos a los que el cabello se ve sometido, este luce diferente cada vez que se lava.
Para que el resultado no sea notablemente distinto entre un lavado y otro hay que seguir unos “tips”, según el manual de Ultracosmética.
El producto que cuida al cuero cabelludo es el champú, por ello hay que elegir uno que sea compatible con ese tipo de piel, que también puede ser seca o grasa.
Tras aplicar el champú para hidratar el cabello, lo esencial es aplicar un acondicionador, una mascarilla o un sérum, para que el resultado al salir de la ducha sea impecable y se vea el cabello hidratado y radiando luz.
Teniendo en cuenta que el 98 por ciento de las mujeres lleva tintes en su pelo, los productos que se han de utilizar deben de ser especiales para su cuidado.
En cuanto al secado, este es un paso que muchas mujeres se saltan en su rutina diaria saliendo a la calle con el pelo empapado. Error. El secado es fundamental para controlar la rebeldía del cabello.
Utilizar un producto protector del calor hace que el secador no dañe la melena y evita la aparición de puntas abiertas.
EL MAQUILLAJE DE LAS ESTRELLAS.
No hay reglas en el mundo del “makeup” y las tendencias las marca la propia persona en función de sus gustos. Maquillarse es una tarea divertida y libre que saca la parte más creativa de cada una, o al menos así debe de ser.
Pero que la utilización del maquillaje no tenga sus reglas no significa que preparar el rostro para su aplicación tampoco, de hecho este paso ha de ser imprescindible para todo el mundo.
Hidratar, difuminar y aplicar son los tres pasos del maquillaje para que este quede impecable.
Cualquier maquillaje debe aplicarse siempre sobre una piel hidratada y limpia y la cantidad debe de ir de menos a más.
La forma de aplicarlo, ya sea con los dedos o con un pincel, debe de ser cómoda y efectiva para poder integrarlo con el resto de la piel sin maquillar.
Y un truco infalible es el buen empleo del iluminador, que debe aplicarse en puntos estratégicos: sobre las cejas, a los lados de las aletas de la nariz y encima del labio. ¡Palabra de expertas!.