Más de la mitad de las hipotecas de los bancos canadienses se renovarán en los dos próximos años fiscales, por que los bancos se están preparando para realizar cientos de miles de operaciones hipotecarias.
Después de un período de inflación significativa, los consumidores tendrán un fuerte incentivo para buscar la hipoteca más baja disponible en los próximos años.
En el mercado actual, las tasas hipotecarias más bajas supondrán una diferencia significativa para los canadienses cuyas hipotecas se originaron a tasas de interés históricamente bajas. Por ejemplo, para una hipoteca que se suscribió en junio del 2020, un impacto de 50 puntos básicos en la tasa de renovación resultaría en un ahorro anual de alrededor de mil dólares.
El Banco de Canadá ha anunciado cuatro recortes de las tasas de interés este año, y se esperan más, tras mantenerlas altas durante un periodo prolongado para hacer frente a las elevadas tasas de inflación. Según los analistas, los recortes están desplazando paulatinamente el foco de atención de los sobresaltos en el pago de las hipotecas a una elevada competencia por las renovaciones.
Específicamente, se espera que alrededor del 55% de todas las hipotecas con bancos canadienses se renueven en los dos próximos ejercicios y el 85% en los tres siguientes.
Las restricciones impuestas al crecimiento de Toronto-Dominion Bank en Estados Unidos podrían hacer aún más competitivo el panorama, ya que podría buscar competir agresivamente para satisfacer sus necesidades financieras.
Todos los bancos canadienses consideran las hipotecas como un importante producto de anclaje y, actualmente, el crecimiento de los préstamos en múltiples categorías de préstamos es muy bajo. La oportunidad de arrebatar una importante cuota de mercado a un competidor es significativa.
El mes pasado, el Departamento de Justicia de EE.UU. y otros organismos reguladores impusieron a TD una multa de unos 3.1 billones de dólares y un límite a la expansión de su negocio de banca minorista por no vigilar las actividades de blanqueo de dinero en sus sucursales.
Si estalla una guerra hipotecaria, es más probable que los bancos con grandes carteras de hipotecas y sólidas bases de depósitos mantengan o mejoren su actual cuota de mercado hipotecario.
Por otro lado, una competencia especialmente feroz también podría conducir a menores márgenes y menores ingresos netos por intereses para los bancos. Es una espada de doble filo.
El Partido Republicano de Donald Trump podría hacerse con el control de todas las ramas del gobierno estadounidense y tendría vía libre para disparar el gasto, recortar regulaciones, deportar a trabajadores de bajo coste e imponer aranceles. Los mercados temen que todo ello provoque inflación.
El crecimiento impulsado por Trump podría costar caro a los canadienses que buscan una rebaja de las tasas hipotecarias.
Es probable que el retraso en el desarrollo de la banca abierta contribuya a esta competencia, porque los bancos podrían tratar de bajar las tasas de las hipotecas a largo plazo y bloquear a los clientes con plazos de renovación más largos.