Y la otra, cómo y cuánto nuestros típicos barrios van a cambiar, quizás más diversos, más coloridos, más abiertos. Los datos oficiales del censo del año pasado están confirmando esta última tendencia.
Por Gilbarto Rogel
Por ejemplo, usted se habrá percatado que en los últimos tiempos en la convenience store de la esquina cerca de su residencia cada día se pueden encontrar aquellos productos o frutas de su tierra que hace un tiempo eran un sueño. Pupusas congeladas, arepas y empanadas, choclo y ají, masa para tamales, mate de diversos tipos y calidades, morcilla, y ya no se diga mole, chiles y tortillas, además de frutas exóticas traídas de otras partes del mundo.
Como puede notarse, los productos étnicos latinoamericanos son cada vez más comunes en casi todas las zonas de la ciudad, lo que antes nadie se imaginaba, y parece ser que lo mismo ocurre en otras ciudades Canadienses. Este fenómeno, según lo datos oficiales, va de la mano del crecimiento nacional de nuestra comunidad, catalogada como una de las de mayor auge en todo el país.
Por ello no es extraño que el Español siga destacando en los resultados del censo como una de las cinco lenguas mas habladas a nivel nacional, aunque hay que señalar con mucha atención que en Toronto y sus suburbios, el número de hablantes se ha mantenido creciendo, pero en menor escala, si se compara con el anterior censo realizado cinco años atrás.
Los resultados sin discusión son positivos y esperanzadores, ya que confirma que la comunidad Latina destaca como una fuerza emprendedora emergente en ámbitos como las artes y la cultura, la política (local, provincial y también federal) y el establecimiento de pequeños negocios, por mencionar algunos.
Personalmente me llama la atención que aún y cuando pareciera que seguimos creciendo y llegando a más lugares de este país, con mas festivales en los principales núcleos urbanos, con el aparecimiento de más medios impresos y muchos esfuerzos en las redes sociales, los números oficiales también nos están diciendo que nos estamos quedando retrasados en comparación a otras comunidades étnicas.
Por ejemplo, tomemos el caso de la comunidad Filipina, la cual según el censo, despunta como la principal fuente de inmigrantes al país en los últimos 5 años, y cuyos nacionales están optando por asentarse fuera de los grandes y saturadas ciudades tradicionales como Toronto, Vancouver y Montreal; prefieren establecerse en ciudades más pequeñas de las provincias del centro como Alberta y Saskatchewan en donde no hay un pequeño negocio o una venta de donas con café (franquicia internacional) que no tenga empleados filipinos.
Sin discusión, la comunidad Filipina tiene un enorme plus en relación con nosotros los Latinos: el lenguaje, en su mayoría ellos hablan y escriben Ingles, lo cual les brinda una enorme ventaja frente a muchas otras comunidades. Interpretando los datos podríamos pensar que los empleadores no quieren complicarse la vida y prefieren play safe, sino veamos como la atención y cuido de las personas de la tercera edad están casi en manos de profesionales originarios de estas islas Asiáticas.
De cumplirse el plan presentado por la administración Trudeau el rostro del mosaico canadiense cambiará mucho más en los próximos tres años, aproximadamente un millón de nuevos inmigrantes llegarán al país, en su mayoría inmigrantes económicos mejor conocidos como Skills Workers; por lo tanto, habrá que esperar para ver cómo este plan ayudará o afectará a nuestra comunidad en su consolidación como esa fuerza emergente a nivel nacional.