Han viajado hasta México y están realizando una campaña para presionar al gobierno canadiense que elimine el Tratado del Tercer País Seguro
Por Francisco Reyes
TORONTO. Nadie sabe con certeza qué ocurrirá con las caravanas de migrantes centroamericanos que intentan cruzar la frontera desde México para buscar asilo en los Estados Unidos y/o seguir con rumbo a Canadá. Lo que algunos observadores consideran como ‘crisis política convertida en crisis humanitaria’ ha quedado manifestada en el éxodo masivo de centroamericanos forzados a abandonar sus países debido a la pobreza, la violencia, la exclusión y la desigualdad.
A lo largo de la frontera norte mexicana, desde Tijuana hasta Veracruz, ha ido en aumento el patrullaje de las autoridades migratorias de los Estados Unidos con el fin de prohibir, por orden del presidente Donald Trump, el ingreso de los solicitantes de asilo que integran las caravanas.
El lunes, un magistrado de San Francisco bloqueó la medida de Trump para prohibir dichas solicitudes, extendiéndola por lo menos hasta el 19 de diciembre.
Sobre la marcha de los acontecimientos se ha puesto de manifiesto, en el centro de la discusión, la descomposición del Estado de derecho, la indiferencia, la crisis del modelo de cooperación entre las naciones y la xenofobia.
Pero en sentido general, la prensa no revela la solidaridad de miles de personas que tanto en México como fuera de ese país han mostrado para hacer menos pesarosa la ruta hacia la frontera.
Nadie pone en duda que desde Canadá hay personas preocupadas por lo que pasa en aquel escenario casi dantesco de desesperación e incertidumbre. Hombres y mujeres que silenciosamente están haciendo lo posible para ayudar a resolver la situación.
Paola Gómez, del grupo Sick Muse Art Project, viajó del 2 al 5 de noviembre por varios pueblos de Veracruz y se unió a la caravana junto a las artistas Beatriz Valdespino, Yulissa Varela y Teresa González para mostrar su solidaridad con los migrantes.
Al referirse a la culpabilidad del gobierno hondureño, dijo que “en los últimos nueve años se ha ahondado crisis en Honduras, que es el país más pobre de América Latina, como consecuencia del deterioro político y la degradación del medioambiente, a la que contribuyen las minerías canadienses”.
Agregó que “el mundo se ha enfocado en las caravanas y nadie cuestiona lo que hace el gobierno de Honduras para evitar que se produzca el éxodo masivo de los más pobres, los más vulnerables, mayormente indígenas”.
Manifestó que lo que sucede en México se aboca a una gran catástrofe, pues se trata de gente que va sin recursos, con mínimo aprovisionamiento para el viaje, aunque es notoria la ayuda humanitaria de los gobiernos municipales de México y de personas en particular que alimenta a los migrantes.
La artista y activista social de origen colombiano aseguró que ha habido desapariciones de activistas, muertes de periodistas y violaciones a los derechos humanos en el trayecto. “Pero es un pueblo con la fe de que su sufrimiento va a parar en el camino”.
Con relación al apoyo que los hispanos de Toronto están dando a las caravanas, Paola dijo que “hay mucha xenofobia. Hay gente que reacciona en contra de esa decisión de refugiarse al cruzar la frontera, sin darse cuenta de que muchos de ellos también se refugiaron en Canadá”.
Paola Gómez ha lanzado una campaña por las redes sociales con el fin de recolectar ropas de invierno que serán enviadas desde esta ciudad a la frontera mexicana para que los emigrantes se protejan de la inclemencia del frío.
El salvadoreño canadiense Roberto Martins es otro residente de esta ciudad que ha decidido con algunas personas dar apoyo a las caravanas a través de las redes sociales.
“Nuestra campaña es para que el gobierno canadiense ponga fin al ‘Acuerdo de Tercer País Seguro’, para que los centroamericanos que vienen en las caravanas puedan refugiarse en Canadá”, dijo.
Agregó que la ruptura con el acuerdo evitará que los niños de las familias que buscan asilo a lo largo de la frontera México-USA no sean separados de sus padres. “El gobierno canadiense no debería ser indiferente a la crisis, porque hay empresas originarias de este país han contribuido al empobrecimiento de Centroamérica”, explicó.
Al ser cuestionado si representaba a alguna organización, Martins dijo que “lo estamos haciendo de manera individual con personas amigas que bajan la información en Facebook, para que la gente se entere de la crisis humanitaria de los migrantes centroamericanos”.
Expresó que, aunque ciertamente hay muchos hispano-canadienses “indiferentes a lo que sus hermanos están pasando en América Latina, otros están buscando la forma de aportar su granito de arena a lo que en este momento está ocurriendo en México”.
“Los hispanos que residimos en Canadá somos de por sí solidarios. Unamos nuestras voces para que el gobierno permita que por lo menos cientos de centroamericanos sean aceptados en este país para aminorar la situación que viven”, deploró Martins.
Aunque ha habido desaliento en la frontera y muchos han decidido no continuar la marcha, la mayoría de los integrantes de las caravanas centroamericanas se ha trazado el objetivo de cruzarla, derribando barreras metálicas y desafiando el poder de las autoridades migratorias de los Estados Unidos.