Rodrigo Díaz M.
El consejero delegado de la empresa farmacéutica Moderna, Stéphane Bancel, hizo saltar las alarmas en los mercados financieros tras advertir que las actuales vacunas contra el COVID-19 probablemente no sean tan eficaces contra la variante Omicron como lo han sido contra la variante Delta.
Los rubros del petróleo cayeron más de un dólar, la moneda australiana tocó el mínimo del año y el Nikkei japonés cedió sus ganancias cuando los comentarios de Bancel hicieron temer que la resistencia a las vacunas pudiera provocar más enfermedades y hospitalizaciones, prolongando la pandemia.
El mercado se reestableció luego de que Joe Biden anunciara que no volvería a imponer, al menos no inmediatamente, los cierres fronterizos en los Estados Unidos.
Bancel había dicho anteriormente que debería haber más claridad sobre la eficacia de las actuales vacunas contra Omicron en unas dos semanas, y que podría llevar meses empezar a enviar una vacuna que funcione contra la nueva variante.
La OMS y los científicos también han dicho que podría llevar de días a varias semanas conocer el nivel de gravedad de la variante y su potencial para escapar de la protección contra la inmunidad inducida por las vacunas.
La incertidumbre sobre la nueva variante ha causado el cierre de fronteras en muchas partes del mundo, ensombreciendo la incipiente recuperación económica tras dos años de pandemia.
Descubierto por primera vez el 24 de noviembre en Sudáfrica, Omicron se ha extendido desde entonces a más de una docena de países. Japón, la tercera economía mundial, ha confirmado su primer caso y en Canadá ya se confirmaron 4 casos y se investigan una docena más.
Los países de todo el mundo se han apresurado a reforzar los controles fronterizos para evitar que se repitan los estrictos cierres del año pasado y las fuertes caídas económicas.