“La única forma de terminar con la pandemia es vacunarse” dice el Dr. Jorge Filmus, científico del Sunnybrook Research Institute y profesor de la Universidad de Toronto
No es nada fuera de lo común en estos días escuchar comentarios entre amigos y conocidos diciendo que no piensan vacunarse contra el COVID-19 porque en la vacuna les pueden colocar un microchip para controlarlos o porque es la misma vacuna la que les puede infectar con el virus. Esas son simple y llanamente mentiras, dice el Dr. Jorge Filmus, especialista en biología y química de nuestra comunidad.
Por Oscar Vigil
TORONTO. Lamentablemente circulan por las redes sociales una gran cantidad de mentiras tratando de crear escepticismo con respecto a las vacunas, dice el Dr. Filmus. Y para tratar de contrarrestar esas falsas informaciones, explica qué es lo que realmente sucederá con el proceso de vacunación contra el COVID-19.
MENTIRA: “Una vacuna que se ha producido tan rápido no es segura y puede tener efectos secundarios serios”
REALIDAD: Todas las vacunas que se han aprobado en Canadá han sido testeadas en grandes ensayos clínicos con voluntarios de todas las edades. Por ejemplo, la vacuna de Pfizer-BioNTech ha sido probada en 44.000 personas. Los efectos secundarios documentados son leves, incluyendo dolor en el sitio de infección y tal vez algunas líneas de fiebre. Todos estos efectos desaparecen muy rápido. Ha habido un número muy reducido de personas que desarrollaron reacciones alérgicas, pero que fueron tratadas exitosamente. A esto hay que agregar que hasta el momento más de 50 millones de personas han sido vacunadas alrededor del mundo con varios tipos de vacunas contra Covid-19 y hasta ahora no se ha documentado un solo caso de efectos secundarios fatales o graves. El hecho de que las vacunas contra el Covid-19 se hayan podido generar en tan poco tiempo se debe, entre otras cosas, al surgimiento de nuevas tecnologías y al hecho de que las vacunas se pudieron testear en poblaciones en las cuales hay una enorme circulación del virus y por lo tanto un gran número de personas que se infectan cada día.
MENTIRA: “La vacuna puede generar efectos secundarios a largo plazo”
REALIDAD: Es cierto que todavía no ha transcurrido un largo tiempo desde que se inyectaron las primeras vacunas. Sin embargo, la experiencia con todas las vacunas previas muestra que no se han documentado efectos secundarios más allá de los 45 días luego de la vacunación, y no hay ningún motivo para creer que la vacuna contra el Covid-19 vaya a ser diferente.
MENTIRA: “Las vacunas pueden alterar el ADN”
REALIDAD: Las vacunas aprobadas en Canadá están basadas en ARN, y no existe forma de que este tipo de molécula se incorpore a nuestro ADN.
MENTIRA: “La vacuna contiene un microchip que se nos va a inyectar para poder controlarnos”
REALIDAD: Las agujas con las que se inyecta la vacuna son extremadamente pequeñas, es imposible hacer pasar un microchip por ellas.
MENTIRA: “Es mejor esperar a ver qué pasa con la gente que se vacuna”
REALIDAD: Por un lado, cuanto más se espera el riesgo de contagiarse es mayor. Por otro, si mucha gente adopta esta actitud, va a ser muy difícil alcanzar a vacunar al 70-85 % de la población, que es lo que se estima necesario para eventualmente acabar con la circulación del virus
El Dr. Jorge Filmus explica que dado que la pandemia no ha afectado a todos por igual son distintas las medidas que las personas deben tomar, pero que definitivamente todos los miembros de la comunidad deberían vacunarse.
“Los que tienen trabajos que se pueden hacer desde la casa están mucho menos expuestos al contagio que quienes tienen que tomar el transporte público e ir a trabajar a fábricas o lugares de construcción en donde uno está en la cercanía de muchas otras personas. La realidad es que una gran proporción de miembros de nuestra comunidad trabaja en empleos que los obligan a viajar al lugar del trabajo. Por lo tanto, si bien todo el mundo debe vacunarse, para la comunidad latina la vacunación es especialmente importante”, apuntó.