Miami, 17 feb (EFE).- Nikolas Cruz, el autor confeso de la matanza en la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland (Florida), dio varias muestras de tener problemas mentales y tras una inicial preocupación las autoridades locales señalaron luego que no requería ser hospitalizado.
De acuerdo a un reporte del Departamento de Niños y Familias (DCF) de Florida, esta oficina fue avisada de que en una publicación en la red social Snapchat del 28 de agosto de 2016 Cruz se cortó ambos brazos con un cuchillo y dijo que iba a comprar un arma de fuego.
El hecho, originado tras la ruptura de la relación que mantenía con su novia, mereció la atención de esa oficina que inició una investigación del joven, tras calificarlo como una “presunta víctima” de negligencia médica y de supervisión inadecuada por parte de su madre adoptiva, Lynda Cruz, quien falleció el año pasado.
En un reporte posterior de noviembre de ese año, cuando la indagación había terminado, un investigador no identificado de DCF escribió que aunque hubieron “algunas implicaciones” sobre la salud de Cruz, concluyó que el joven recibía la atención adecuada de su madre y del hospital Henderson Mental Health y que “el nivel final de riesgo es bajo”.
El reporte de tres páginas cita además que el personal del centro Henderson consideró que Cruz era “lo suficientemente estable para no ser hospitalizado”.
Poco más de un año después, el joven perpetró una de las peores matanzas en centros educativos estadounidenses desde la de Sandy Hook en 2012, según medios locales, al ingresar el pasado miércoles en la secundaria Douglas y abatir a 17 personas con un rifle semiautomático AR 15, que compró legalmente en el estado de Florida.
Tal como consta en el reporte de DCF, la madre adoptiva informó a los funcionarios que su hijo había sido diagnosticado con autismo y que sufría de déficit de atención, aunque el reporte va más allá al dejar constancia de que Cruz sufría problemas mentales.
Este informe aporta nueva evidencia sobre los problemas psicológicos que enfrentaba Cruz, expulsado de la escuela Marjory Stoneman Douglas por problemas disciplinarios.
Este sábado, la cadena CNN dio a conocer que el autor confeso de la matanza era miembro de un chat privado en Instagram cuya temática era el odio hacia los afroamericanos, los inmigrantes y otras minorías.
“Habló sobre matar mexicanos, mantener a los negros encadenados y cortarles el cuello. Las declaraciones no fueron hechas en broma”, revela la cadena, que logró ser aceptada en el grupo por uno de sus miembros.
“Creo que voy a matar gente”, escribió el joven en otro momento de la conversación, ante lo que uno de los miembros le sugirió que no dijera cosas así. Cruz replicó que solo estaba bromeando.
El viernes, el Buró Federal de Investigación (FBI) reconoció que cometió un error al no haber seguido los protocolos oportunos cuando fue alertado el 5 de enero pasado del comportamiento agresivo de Nikolas Cruz, y no alertó a su oficina en el sur de Florida.
Ese día, una persona cercana a Cruz les alertó de que el joven podía llevar a cabo un tiroteo en una escuela, puesto que poseía armas, había expresado deseos de matar a gente, tenía un “comportamiento errático” y hacía publicaciones “inquietantes” en las redes sociales.
En un mensaje que colgó en su cuenta de Instagram, Cruz publicó una foto de lo que llamó un “arsenal” y en la que se observan por lo menos siete armas de fuego, muchas de las cuales compradas en el último año según la Policía, además de un chaleco antibalas.
Para los abogados de oficio que defienden a Cruz, el reporte de DCF refleja de que lo de Snapchat era una evidencia clara respecto a la crisis de Cruz y el peligro que representaba para él mismo y para otros.
“Todo esto pudo prevenirse”, declaró al diario local Sun Sentinel la abogada defensora Melisa McNeill, quien señaló que en este caso ha habido negligencia de por lo menos cuatro agencias e instituciones estatales.
La tarde del viernes, Scott Israel, el alguacil del Condado Broward, demarcación donde se asienta la escuela, reconoció que en los últimos años su agencia recibió por lo menos 20 llamadas alertando de la conducta errática de Cruz.
El autor confeso de la matanza busca declararse culpable de los crímenes para salvarse de ser sentenciado a la pena de muerte, según dieron a conocer sus abogados el viernes.
Mientras tanto, las muestras de solidaridad hacia los familiares de las víctimas no deja de incrementarse, como lo refleja que la campaña de recolección de fondos puesta en marcha en la plataforma GoFundMe tras la masacre haya superado hoy el 1,1 millón de dólares, muy por encima de la meta inicial de 300.000 dólares.
Por su parte, el presidente de EE.UU., Donald Trumop, quien se halla este fin de semana junto a su familia en su club privado de Mar-a-Lago, situado a 60 kilómetros al norte de Parkland, realizó anoche una visita a los heridos que se mantienen en el hospital Broward Health North Hospital.
“Es triste que algo así pueda pasar”, señaló el presidente, quien poco después se reunió con los agentes que respondieron al ataque del pasado miércoles y a quienes felicitó.
Según la agenda distribuida por la Casa Blanca, el presidente no tiene previsto hoy ninguna actividad relacionada con el tiroteo.
Las autoridades no siguieron la pista sobre la conducta del autor del tiroteo en Parkland
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