Rodrigo Díaz M.
En Canadá circulan múltiples variantes del virus COVID-19, y Lambda se ha unido a sus filas.
Aunque hasta ahora sólo se ha notificado un pequeño número de casos en todo el país, las autoridades de salud pública siguen de cerca esta variante de interés identificada por primera vez en Sudamérica.
Lambda, o C.37, es una de las últimas variantes del virus que está detrás del COVID-19, y ahora se están notificando de casos por primera vez en Canadá.
Las primeras muestras se encontraron en Perú en agosto de 2020, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) no la consideró una variante de interés hasta mediados de junio.
“Lambda se ha asociado con tasas sustanciales de transmisión comunitaria en múltiples países, con una prevalencia creciente a lo largo del tiempo que coincide con el aumento de la incidencia de COVID-19”, se lee en una actualización epidemiológica de la OMS publicada el 15 de junio.
En Canadá se han notificado 11 casos de la variante hasta el 5 de julio, según informó la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC, por sus siglas en inglés) en un comunicado de prensa.
La PHAC está “vigilando cuidadosamente” la aparición de más casos y la investigación relacionada con la transmisibilidad de la variante y la eficacia de las vacunas contra ella, dijo la portavoz Anne Génier.
Dos casos descubiertos recientemente se produjeron en Alberta y ambos están relacionados con viajes, según informaron las autoridades sanitarias de esa región.
Según la OMS, se han registrado casos de Lambda en docenas de países.
Hasta ahora, está afectando más a Sudamérica. La variante ha aumentado en países más allá de Perú, como Ecuador, Argentina y Chile, y en este último país ha representado recientemente más de un tercio de todos los casos secuenciados del país.
Según la OMS, Lambda presenta una “serie de mutaciones” que pueden hacerla más transmisible o resistente a los anticuerpos neutralizantes.
Hasta ahora, hay “pruebas limitadas” sobre el impacto de los cambios en la proteína de la espiga, señala la OMS, pero los equipos de salud pública de todo el mundo esperan aprender más sobre el funcionamiento de la variante.
A pesar de sus múltiples mutaciones, hay pruebas tempranas de que sí, las vacunas probablemente protegen de la infección por Lambda.
Pero la OMS subrayó que aún se necesitan más estudios para “validar la eficacia continuada de las vacunas”.