Por Nadia Kanji
NACIONES UNIDAS. La trata de personas con fines de explotación sexual ha aumentado constantemente en Canadá. Las estadísticas más recientes indican que en 2016 tuvo la tasa más alta registrada de trata y tráfico de personas, con un incidente registrado por la policía por cada 100.000 personas en el país.
A pesar de estos números preocupantes, los casos registrados constituyen solo una pequeña parte de una industria ilegal mucho mayor y secreta donde la mayoría de los casos de tráfico y de trata sexual se producen bajo el radar.
Ese fue el caso Rhonelle Bruder, quien, tras ser víctima de discriminación y acoso escolar en su localidad natal, Londres, en la provincia de Ontario, decidió abandonar la escuela secundaria y mudarse a Toronto. Cuando se quedó sin dinero, comenzó a vivir en refugios juveniles y más tarde la presentaron a un hombre que se convertiría en su traficante.
Bruder contó su historia a IPS y recordó que inicialmente era amable y atento, y le aportó seguridad. Cuando surgió la charla sobre cómo podría ganar dinero para poder recuperarse, él le dijo que ella podría comprar un condominio y viajar con tan solo bailar un par de meses.
“Estaba lanzando un señuelo, pero era un sueño que estaba desesperada por creer porque mi realidad era insoportable. Estaba dispuesta a creer casi cualquier cosa que dijera porque me proporcionó un sentido de pertenencia y era una figura protectora en mi vida”, rememoró.
Una vez que las mujeres son víctimas de la trata, los proxenetas suelen imponer una trampa basada en la deuda contraída, diciéndoles a las niñas y mujeres que deben pagar lo que se gastó en ellas, como los costos de ingreso al país, si fueron también víctimas de tráfico, o el pago de moteles o viviendas, en un monto que siempre crece y crece.
Así le sucedió a Timea Nagy, otra sobreviviente de esta industria de la trata, que también contó su historia. Cuando tenía 20 años, cuando vivía en la pobreza en Hungría y atrapada por gran cantidad de deudas, Nagy respondió a un anuncio en el periódico para trabajar como niñera en Canadá.
Lo que parecía una agencia de reclutamiento legítima era, en realidad, una mafia de tráfico y trata que buscaba traerla a la industria del sexo canadiense sin su conocimiento y consentimiento.
“Estábamos hambrientas, con sueño y amenazadas constantemente”, afirmó en las memorias que acaba de publicar bajo el título “Out of The Shadows (fuera de las sombras)”.
Nagy también contó que frecuentemente era agredida sexualmente hasta que logró escapar con la ayuda de dos personas en el club donde trabajaba en forma forzosa. Ella tuvo éxito en que su tratante fuese procesado por agresión sexual, pero se le declaró inocente.
Nagy, ahora una activista social que trabaja para lograr cambios en el sistema de justicia canadiense en torno al tráfico y la trata de personas, asegura que la ley y su aplicación son más lasas en Canadá que en Estados Unidos.
Los condenados por tráfico o trata de personas en Estados Unidos son sentenciados a penas de hasta 155 años, mientras que en Canadá, reciben condenas de ocho años como máximo por el mismo delito.
La trata de personas es actualmente el tercer crimen más grande del mundo, con tentáculos al menos en 137 países, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés).
La trata es la captación y retención de las víctimas con fines de explotación sexual u otros, a fin de obtener un beneficio y no tiene que incluir un tráfico transfronterizo. El tráfico, en tanto, es el traslado ilegal de personas entre territorios, solo en ocasiones como parte de la trata, según la UNODC.
Tanto Nagy como Bruder afirman que se pone demasiado énfasis en endurecer y aplicar la ley para enfrentar el fenómeno, en lugar de priorizar la adopción de medidas preventivas y mejorar los servicios para desactivar el delito dentro de las comunidades vulnerables.
“Gran parte de la atención se centra en ayudar a los sobrevivientes, lo que es importante. Pero también debemos educar a los jóvenes para que no sean vulnerables a los traficantes”, dijo Bruder.
“Si hubiera alguien con quien hablar, o si hubiera tenido una guía, tal vez no hubiera salido de mi casa. Es necesario que haya intervenciones en la vida de los jóvenes antes de que sigan estos caminos”, planteó Nagi por su parte.
Muchos señalan que el sistema de bienestar infantil es uno de los principales focos para captación de víctimas por parte de los traficantes y tratantes sexuales.
“El sistema de bienestar infantil es un Costco (empresa estadounidense de almacenes de venta al por mayor) de traficantes”, dijo Nagy. “Saben dónde están los hogares grupales y que los niños no se sienten bienvenidos. Nadie más se acerca a ellos como lo hacen los proxenetas”, explicó.
Los tratantes generalmente esperan fuera de los refugios para jóvenes y atacan a las adolescentes tan pronto como se quedan fuera del sistema de bienestar infantil, sabiendo que a menudo son muy vulnerables.
En Canadá, 72 por ciento de las víctimas de la trata son menores de 25 años, y 51 por ciento de las niñas víctimas de la trata han estado dentro del sistema de bienestar infantil.