Rodrigo Díaz M.
La presidenta conservadora de Hungría dimitió el sábado en medio del clamor público por el indulto que concedió a un hombre condenado como cómplice en un caso de abusos sexuales a menores, una decisión que desató un escándalo político sin precedentes para el gobierno nacionalista, que lleva mucho tiempo en el poder.
Katalin Novak, de 46 años, anunció en un mensaje televisado que dejaría la presidencia, cargo que ocupa desde el 2022. Su decisión se produjo tras más de una semana de indignación pública después de que se revelara que en abril de 2023 concedió un indulto presidencial a un hombre condenado por ocultar una serie de abusos sexuales a menores en un hogar infantil gestionado por el estado.
“Emití un indulto que causó desconcierto y malestar a mucha gente”, dijo Novak el sábado. “Cometí un error”.
La dimisión de Novak se produjo en un raro episodio de agitación política para el partido gobernante nacionalista húngaro Fidesz, que ha gobernado con mayoría constitucional desde el 2010. Bajo el liderazgo del populista primer ministro Viktor Orban, el Fidesz ha sido acusado de desmantelar las instituciones democráticas y de amañar el sistema electoral y los medios de comunicación a su favor.
Novak, aliada clave de Orban y ex vicepresidenta del Fidesz, fue ministra de familia hasta su nombramiento a la presidencia. Ha defendido abiertamente los valores familiares tradicionales y la protección de la infancia.
Fue la primera presidenta de la historia de Hungría y la persona más joven en ocupar el cargo.
Su mandato terminó como consecuencia de su decisión de indultar a un hombre condenado en el 2018 a más de tres años de prisión. Fue declarado culpable de presionar a las víctimas para que se retractaran de sus denuncias de abusos sexuales por parte del director de la institución, condenado a ocho años por abusar de al menos 10 niños entre el 2004 y el 2016.