Rodrigo Díaz M.
Un grupo que representa a casi 100 universidades canadienses advierte de que el impacto de la limitación del número de estudiantes internacionales impuesta por el gobierno federal será “mucho mayor” de lo que Ottawa pretendía.
Gabriel Miller, presidente de Universities Canada, declaró que cuando los colleges terminen oficialmente de contar cuántos estudiantes han llegado y se han matriculado, habrá al menos un 45% menos de estudiantes internacionales. El recuento final se comunicará en octubre.
“Hay muchas posibilidades de que sea incluso peor de lo que nos tememos”, dijo en una rueda de prensa. “Pero es importante señalar que ya estamos en un terreno que nadie preveía y que tiene que hacer sonar una gran alarma en Ottawa para que empecemos a darle la vuelta a la situación de inmediato”.
El tope nacional fue establecido en enero por el ministro de inmigración federal, Marc Miller, que en aquel momento dijo que reduciría la admisión en un 35% en los próximos dos años, añadiendo que las medidas eran temporales.
La medida se puso en marcha para frenar el rápido aumento del número de estudiantes internacionales, alegando la presión sobre la vivienda, la sanidad y otros servicios.
El ministro dijo que se esperaba que el tope se tradujera en unos 364 mil permisos de estudio aprobados en el 2024. Desde entonces, esa cifra se ha revisado y se prevén unos 292.000 permisos aprobados.
Aunque el tope es nacional, las provincias que han experimentado un “crecimiento insostenible” de la admisión tendrán que recortar el número de estudiantes más que otras jurisdicciones.
Mientras que las universidades canadienses podrían sufrir al menos un descenso del 45%, el grupo que representa a los colleges y otras instituciones postsecundarias del país afirma que prevén una disminución de hasta el 54%.