POR ISMAEL CALA
@CALA
Se habla constantemente de que buscar un significado profundo y duradero es incluso más vital que la simple persecución de la felicidad, porque aunque esta es seductora y a menudo gratificante, es transitoria y puede depender en gran medida de circunstancias externas que escapan a nuestro control.
Por el contrario, el significado nos ofrece un ancla, un propósito más profundo que no solo nos sustenta durante los desafíos inevitables de la vida, sino que también proporciona una fuente constante de satisfacción y plenitud.
La felicidad, como la conocemos, es una experiencia momentánea que puede ser el resultado de acontecimientos tan simples como disfrutar de una comida deliciosa, pasar tiempo con seres queridos, o alcanzar metas personales y profesionales.
Sin embargo, estos momentos, aunque alegres, son inherentemente efímeros y están sujetos a la naturaleza cambiante de la vida. Tradicionalmente, la felicidad a menudo se confunde con el placer, una experiencia sensorial directa y momentánea, por lo que es crucial entender que, si bien estos momentos son valiosos, no son sostenibles a largo plazo.
Ir constantemente tras la felicidad como un fin en sí mismo puede conducir a un ciclo interminable de búsqueda de satisfacción externa, que solo proporciona un alivio temporal y puede dejar un vacío cuando estas fuentes desaparecen o no cumplen con nuestras expectativas de felicidad continua.
Por otro lado, la búsqueda de significado implica un compromiso más profundo y reflexivo con la vida. Este enfoque nos insta a conectar con algo más grande que nosotros mismos, ya sea a través de relaciones profundas, esfuerzos creativos, o la dedicación a causas que resuenan con nuestros valores más profundos. Este sentido de propósito proporciona una coherencia y dirección a nuestras vidas, ayudando a integrar nuestras experiencias, incluido el sufrimiento, en una narrativa más amplia de crecimiento y contribución.
Esta búsqueda de significado es profundamente transformadora. Permite a las personas ver los desafíos no como contratiempos sin sentido o aleatorios, sino como oportunidades valiosas para el crecimiento personal y el fortalecimiento del carácter.
Entonces, pongamos nuestro esfuerzo en ser felices, sí, pero porque tenemos un propósito. Como dice mi buen amigo Chris Gardner: “No importa cuánto dinero inviertas o lo fácil que sea para ti, si no eres feliz, no eres más que un esclavo de tu talento y dinero”.
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