La Casa Blanca reiteró este domingo que el presidente de EE.UU., Donald Trump, cerrará la frontera con México la próxima semana para frenar la llegada de inmigrantes a territorio estadounidense y sin importar las consecuencias económicas para el país.
En declaraciones a la cadena ABC, el jefe de gabinete en funciones de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, aseguró que solo “algo dramático” haría que el mandatario no cerrara la frontera.
Mulvaney consideró que “México podría estar haciendo más” para detener las caravanas de migrantes que cruzan su territorio con destino a EE.UU. y aseveró que los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) también podrían tomar “más” medidas.
“Les damos a estos países cientos de millones de dólares en ayuda y necesitamos que hagan más”, manifestó Mulvaney, quien defendió la decisión de Trump de suspender todo tipo de asistencia a esos tres países.
El sábado, el Departamento de Estado anunció que había comunicado oficialmente la decisión de Trump al Congreso, órgano que tiene la última palabra en la ayuda para esos tres países, de donde proceden la mayor parte de los migrantes que llegan a EE.UU., incluidos niños y familias completas.
Mulvaney defendió que el presidente no tiene muchas opciones para hacer frente a la “crisis” de la frontera debido al rechazo de los demócratas al muro con México.
“Nos enfrentamos a esas limitaciones, el presidente hará todo lo que pueda. Si eso significa cerrar los puntos de entrada, eso es exactamente lo que haremos”, avisó.
El cierre de la frontera podría tener consecuencias negativas no solo en los migrantes que piden asilo, sino también para el comercio entre México y EE.UU.
México es el tercer socio comercial de EE.UU. y solo en el puerto de la ciudad de Calexico (California) cada día cruzan unos 1.000 camiones, mientras que por Laredo (Texas) transitan unos 11 trenes de mercancías cada día, según datos de los departamentos de Transporte y de Comercio de EE.UU.