Rodrigo Díaz M.
El gobierno federal ha descartado realizar cualquier futura pausa o exención del precio de la carbon tax, a pesar de que la inflación sigue siendo elevada y contribuye al alto costo de la vida.
La semana pasada el gobierno federal anunció un cambio de marca de su controvertido programa de la carbon tax, cambiando el nombre del reembolso trimestral de Pago de Incentivo a la Acción Climática a Reembolso del Carbono de Canadá.
No hay cambios en el funcionamiento real del sistema federal de fijación de precios de los carburantes ni en el reembolso correspondiente, pero los liberales argumentan que el nuevo nombre hará que el programa sea más fácil de entender para la gente.
El cambio de nombre se anuncia antes de la subida de la carbon tax prevista para el 1 de abril.
El gobierno federal se enfrenta a mucha presión para que se elimine por completo o suspenda temporalmente el precio de la carbon tax, la principal política climática de los liberales.
El líder conservador, Pierre Poilievre, con su lema “axe the tax”, se ha opuesto firmemente al programa.
Según datos de Angus Reid del pasado mes de noviembre, muchos otros canadienses también se muestran críticos con la política: el 42% de los encuestados dicen que quieren que se suprima la carbon tax, el 17% dicen que lo bajarían temporalmente y el 26% dicen que mantendrían la tasa actual, pero aplazarían cualquier aumento.
Los liberales también fueron criticados en otoño por crear una exención al precio del carbono para el gasóleo de calefacción, una exención que beneficia en gran medida a los canadienses de la parte atlántica del país.
La tasa de inflación anual de Canadá aumentó ligeramente hasta el 3,4% en diciembre, mientras que los precios de muchos productos, incluidos los alimentos y el alquiler, se mantuvieron obstinadamente altos.