La investigación, desarrollada por un grupo internacional de científicos en siete países, parte de la base de que la búsqueda de “lo nuevo” o “lo último” en la adolescencia puede promover comportamientos positivos que desemboquen, por ejemplo, “en la innovación”.
No obstante, también puede generar en los jóvenes un “comportamiento impulsivo problemático, incluido el abuso de drogas”, aseguran los expertos del consorcio internacional de investigación “IMAGEN”.
La adolescencia, recuerdan, es una etapa marcada, a menudo, por la toma de decisiones apresuradas e impulsivas y por una búsqueda general de emociones fuertes y nuevas.
Aunque este comportamiento puede ser perjudicial, pues anima a dar pasos arriesgados, también puede ser beneficioso para desarrollar la curiosidad y el deseo de conocimiento, destaca el estudio de “IMAGEN”.
Por lo general, apuntan, este comportamiento típicamente adolescente está acompañado por una actividad neuronal que responde a estímulos de motivación en la región mesolímbica (estriado ventral y cerebro medio) y en la cortical prefrontal (corteza prefrontal dorsolateral).
“Investigaciones anteriores no han aclarado si la hipo o hiperactividad neuronal provocada por la promesa de una recompensa promueve vulnerabilidad en estos individuos”, señalan los expertos.
Para su estudio, el citado consorcio analizó el comportamiento de 144 adolescentes desde los 14 años hasta los 16 para “determinar si la actividad neuronal puede predecir un consumo problemático de drogas cuando está expuesta a recompensas anticipadas”.
Todos los participantes fueron sometidos a un amplio seguimiento psicométrico y a resonancias magnéticas mientras desarrollaban tareas en las que se les preparaban para recibir una recompensa económica.
Los resultados indicaron que los adolescentes de 14 años que presentaban en áreas del cerebro relacionadas con la motivación una actividad neuronal reducida en respuesta a una recompensa anticipada tenían más probabilidades de desarrollar hábitos dañinos de consumo de drogas al llegar a los 16 años.
Este indicador neuronal, explican, mejoró la capacidad de predicción de medidores pscométricos más convencionales, lo que sugiere que podría convertirse en un nuevo método para identificar individuos vulnerables y promover la intervención temprana.
La actividad cerebral puede prever el abuso de drogas en adolescentes
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