Rodrigo Díaz M.
Cuando el ex presidente de la Federación Española de Fútbol besó a una jugadora de la selección nacional que acababa de ganar la Copa Mundial Femenina del 2023, se desató una indignación generalizada en España por el sexismo en el deporte y fuera de él.
El lunes, la ganadora de la Copa Mundial Femenina, Jenni Hermoso, declaró en el juicio a Luis Rubiales que no dio su consentimiento para el beso y que se sintió coaccionada para exculparlo públicamente tras el incidente.
Rubiales, de 47 años, que estaba sentado cerca en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, está acusado de agresión sexual y de intentar coaccionar a Hermoso, junto con otras personas, para que lo apoyara públicamente.
Rubiales ha negado los cargos, pero se vio obligado a dimitir y la FIFA le prohibió ocupar cargos en organizaciones deportivas durante tres años. Él había dicho que fue víctima de una “caza de brujas” por parte de “falsas feministas” y que el beso fue consentido.
Los fiscales, Hermoso y la asociación de jugadores de España quieren una pena de prisión de dos años y medio para Rubiales, el pago de 50 mil euros por daños y perjuicios y que se le prohíba trabajar como funcionario deportivo permanentemente.
Rubiales podría enfrentarse a una multa o a una pena de prisión de uno a cuatro años si es declarado culpable, según los funcionarios del tribunal.
Se espera que el juicio dure al menos 10 días. Entre los casi 20 testigos que se espera que declaren se encuentran el seleccionador nacional masculino de España, Luis de la Fuente, y algunas de las compañeras de equipo de Hermoso en el equipo femenino, incluida la exjugadora mundial del año Alexia Putellas.