Rodrigo Díaz M.
Un nuevo informe plantea dudas sobre el grado de cumplimiento de los compromisos climáticos por parte de algunos de los mayores inversores canadienses.
El informe de Investors for Paris Compliance (IPC) examina las votaciones sobre las propuestas de los accionistas de 19 miembros canadienses de Climate Action 100+, una coalición mundial con unos 700 miembros que representan más de 68 billones de dólares en activos gestionados.
La coalición se basa en el principio de que el compromiso de los inversores con las empresas en materia de divulgación climática y estrategias de reducción de emisiones es esencial para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, y es coherente con sus obligaciones como inversores.
Sin embargo, el informe de la IPC reveló que los miembros canadienses de la coalición adoptaron enfoques muy diferentes en relación con el voto de los accionistas, ya que empresas como Batirente, Vancity y Genus Capital Management apoyaron o se abstuvieron en todas las propuestas de los accionistas sobre las que votaron, mientras que otras como AIMCo, RBC Global Asset Management y Guardian Capital LP votaron en contra de las 14 propuestas canadienses analizadas.
Las propuestas de los accionistas canadienses, ninguna de las cuales fue aprobada, estaban dominadas por los esfuerzos para dar a los accionistas la posibilidad de opinar sobre los planes climáticos de las empresas, lo que se conoce como “opinión sobre el clima”, y también incluían esfuerzos para impulsar un comité de cambio climático en Scotiabank y para que Brookfield Asset Management adoptara objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las propuestas de los accionistas de empresas estadounidenses, centradas exclusivamente en la adopción de objetivos de reducción de emisiones, obtuvieron más apoyo de los inversores canadienses, incluidos algunos de los que votaron en contra de todas las propuestas canadienses.
Kyra Bell-Pasht, directora de investigación y política del IPC, afirmó en un comunicado que los grandes inversores deben estar dispuestos a intensificar su compromiso climático más allá del simple diálogo para que los esfuerzos sean eficaces.
“El compromiso se presenta a menudo como la alternativa a la desinversión, pero a menos que los inversores estén dispuestos a votar a favor de las propuestas climáticas, es probable que el compromiso sea ineficaz y sin dientes”.