Panamá, 24 abr (EFE).- Panamá y Venezuela se quedarán sin conexión aérea a partir de la medianoche de hoy, cuando se haga efectiva la suspensión de las aerolíneas venezolanas radicadas en el país centroamericano y pese a la disposición que han mostrado ambos gobiernos de tratar de solucionar la reciente crisis bilateral.
El último vuelo regular en conectar ambos países fue el QL1983 de la aerolínea venezolana Laser, que partió este martes a las 14.45 hora local (19.45 GMT) del Aeropuerto Internacional de Tocumen, el más grande de Panamá, con destino a Maracaibo, en el noroeste de Venezuela.
La aerolínea panameña Copa Airlines ya dejó de volar al país andino el pasado 6 de abril y a partir de las 00.00 hora local de este miércoles (05.GMT) le toca el turno a las compañías venezolanas que operan en Panamá, entre las que se encuentran Laser, Avior, Turpial y Santa Bárbara Airlines.
“La República de Panamá dio 15 días para no perjudicar a los pasajeros que usan la ruta entre ambos países y así pudieran planificar su retorno al país donde se originó el viaje”, dijo a Efe el director general de la Autoridad de Aeronáutica Civil de Panamá, Alfredo Fonseca Mora.
La desconexión aérea entre Panamá y Venezuela, que en principio durará 90 días, que pueden ser prorrogados, es una de las principales consecuencias del conflicto que ambos países mantienen desde hace un mes y que incluye el retiro de sus respectivos embajadores.
El presidente panameño, Juan Carlos Varela, reiteró el lunes que la suspensión del tráfico aéreo entre ambos países no solo afecta a los venezolanos que viven en Panamá, sino también a la comunidad venezolana residente en otros países porque Panamá es una importante terminal de conexiones en la región.
Tanto Varela como su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, se han mostrado en los últimos días dispuestos a solucionar la crisis, que se remonta al 28 de marzo cuando Panamá pidió a los bancos del país intensificar la supervisión financiera sobre 55 venezolanos políticamente expuestos, entre ellos el propio Maduro, por ser considerados de “alto riesgo” en materia de blanqueo de capitales.
Maduro dijo este martes en una rueda de prensa que está esperando la llamada de Varela y que “Venezuela actúa con reciprocidad ante unas medidas ilegales y de agresión contra nuestro país”.
Varela ha reiterado que la lista publicada en marzo por su país no implica sanciones, mientras que la Cancillería ha sostenido que nunca entendió la reacción “desproporcionada” de Caracas.
En un comunicado la semana pasada, la Cancillería panameña reconoció que tiene interés en normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela, y confirmó que altos representantes de ambos países mantuvieron en días pasados una reunión en República Dominicana que concluyó sin acuerdo.
En ese fallido encuentro participaron la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel de Saint Malo, y vicepresidente venezolano de Economía, Wilmar Castro, entre otras autoridades, apuntó el ministerio del país centroamericano.
Tras la publicación de la lista por parte de Panamá, el Gobierno venezolano anunció como represalia la ruptura de relaciones comerciales por 90 días prorrogables con un centenar de empresas panameñas, entre ellas Copa Airlines, una de las pocas aerolíneas internacionales que seguía operando en Venezuela.
Panamá, por su parte, respondió anunciando la suspensión, a partir de este 25 de abril y por 90 días prorrogables, de las actividades de transporte de pasajeros y carga de las aerolíneas venezolanas en territorio panameño.
Varela ha criticado la actitud de Maduro de suspender las operaciones de Copa, con el argumento de que muchos venezolanos usan la “conectividad aérea” de Panamá para abastecerse de medicinas, alimentos y de otros productos de primera necesidad “que en Venezuela no hay”.
Panamá forma parte del denominado Grupo de Lima, integrado por una docena de naciones del continente que desconoce la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela y la convocatoria anticipada de comicios presidenciales.
Inicia la desconexión área entre Panamá y Venezuela pese a la disposición al diálogo
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