Susana Donan
La inflación canadiense alcanzó un nuevo máximo histórico en mayo, acelerando a un ritmo anual del 7,7% y alcanzando su tasa más alta desde 1983, según Statistics Canada.
La agencia nacional de estadística indicó que el índice de precios al consumo (IPC) volvió a subir en términos intermensuales, pasando del 6,8% en abril, ya que el reciente aumento de los precios en todos los ámbitos muestra pocos indicios de disminuir.
Los precios de la gasolina se han disparado un 48% con respecto a la misma época del año pasado y registraron un aumento del 12% con respecto a abril, ya que el crecimiento de los precios de la energía y combustibles, espoleado en gran parte por la invasión rusa de Ucrania en febrero, siguió aumentando.
La agencia describió las presiones de los precios como “de base amplia” y dijo que estaban “pellizcando los bolsillos de los canadienses y, en algunos casos, afectando a su capacidad para hacer frente a los gastos cotidianos”.
Los precios de los alimentos también aumentaron en términos interanuales, con una subida de casi el 10% respecto a mayo del año pasado, mientras que el coste de las grasas y los aceites comestibles se incrementó en un exorbitante 30%.
En general, las cifras señalan un crecimiento anual de los precios mayor de lo que muchos economistas habían previsto, y harán que se preste más atención a los planes del Banco de Canadá de subir sus tasas de interés de referencia para combatir la inflación.
En lo que va de año, el Banco de Canadá ha subido las tasas de interés de referencia tres veces: primero un cuarto de punto (0.25%) y luego dos subidas de 50 puntos básicos (0.50%). Se espera que el banco central anuncie una nueva subida en su próximo comunicado, previsto para mediados de este mes.
Se especula con la posibilidad de que el Bancó de Canadá introduzca una subida de tres cuartos de punto (0.75%) tras esa reunión, ya que la Reserva Federal de los Estados Unidos subió su propia tasa de interés referencial en esa cantidad recientemente.