Rodrigo Díaz M.
Autoridades de la India han anunciado que expulsarán a 41 de los 62 diplomáticos canadienses a principios de la próxima semana si el gobierno de Canadá no los repatria, lo que supone un agravamiento sorprendente, aunque en gran medida anticipado, de las diferencias que estallaron el mes pasado tras las explosivas acusaciones de Trudeau en la Cámara de los Comunes.
El primer ministro habló sin rodeos de información “creíble” que vinculaba al gobierno indio con la muerte a tiros en junio de Hardeep Singh Nijjar, un líder sij de 45 años al que la India lleva tiempo acusando de terrorista.
Canadá tiene un cuerpo diplomático mucho mayor en la India, debido en parte a que es un país de 1.4 billones de habitantes, frente a los 40 millones de Canadá, de los cuales unos 1,3 millones son de origen indio.
Trudeau no quiso confirmar los informes sobre la posible expulsión de los diplomáticos, ni se mostró inclinado a acceder a la petición de India.
“Obviamente, estamos atravesando un momento extremadamente difícil con la India en este momento”, dijo Trudeau de camino a una reunión en el Parlamento. “Por eso es tan importante para nosotros tener diplomáticos sobre el terreno, trabajando con el gobierno indio, allí para apoyar a los canadienses y a las familias canadienses”.
David Cohen, embajador de Estados Unidos en Canadá, ya ha confirmado que las acusaciones se apoyaban en parte en información de inteligencia recabada por un aliado clave de la alianza de seguridad Five Eyes, que incluye a Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, además de Canadá.
Subrahmanyam Jaishankar, ministro de Asuntos Exteriores indio, confirmó la semana pasada que el tema surgió en sus reuniones en Washington D.C. con el secretario de Estado Antony Blinken y Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional estadounidense.
La acusación de Trudeau “no era coherente con nuestra política”, dijo Jaishankar en una mesa redonda organizada el viernes pasado por el Instituto Hudson.
“Si su gobierno tiene algo relevante y específico que quiera que investiguemos, estamos abiertos a estudiarlo. Ahí es donde está la conversación en este momento”.
Jaishankar señaló a continuación que la cuestión de los separatistas sijs que viven en Canadá ha sido durante mucho tiempo “un tema de gran fricción”, especialmente tras el atentado del vuelo 182 de Air India en 1985, el peor ataque terrorista de la historia de Canadá.
“En los últimos años, ha vuelto a estar muy presente, debido a lo que consideramos una actitud canadiense muy permisiva hacia los terroristas, los extremistas, las personas que abogan abiertamente por la violencia”, declaró Jaishankar.
“Se les ha dado espacio para operar en Canadá debido a las compulsiones de la política canadiense”.