“He estado en otros huracanes en Carolina del Norte, pero lo que vivimos hoy en Houston es algo totalmente difícil de imaginar, no es algo que dure uno o dos días, esto llevará días” para que vuelva a la normalidad, declaró a Efe Mary Sutton, originaria de San Francisco y ahora vecina de esta ciudad texana.
Para la mujer, vivir un fenómeno tan destructivo como este es algo “que te lleva a reflexionar sobre qué es importante en realidad”.
Los más de dos millones de habitantes de Houston vivieron hoy el tercer día desde que Harvey, que entró por la costa de Texas como un poderoso huracán de categoría cuatro, llegó el sábado ya degradado en tormenta tropical, pero desde entonces no ha dejado de llover constantemente como nunca se ha visto.
Las autoridades calculan en más de 630 milímetros la lluvia caída en solo 24 horas, más de la mitad del registro habitual de un año, lo que ha dejado ya autopistas, avenidas principales y barrios enteros cubiertos por las aguas.
Y el Centro Nacional de Huracanes espera que en los próximos días las precipitaciones alcancen entre 380 y 625 milímetros en el norte de la costa de Texas y el suroeste de la vecina Luisiana.
“Quedé bien impresionada y asustada, nunca antes había visto una inundación como esta, he estado en 3 o 4 huracanes y esto fue tan solo fue una tormenta tropical”, aseguró a EFE Cristina Ruiz, una puertorriqueña que vivió en Florida antes de mudarse a Houston.
Un tema de debate entre los houstonianos es si el alcalde, el demócrata Sylvester Turner, hizo bien en no ordenar la evacuación de la ciudad ante la llegada de Harvey, como defendió el edil el pasado domingo por considerar que hacerlo hubiera sido “una pesadilla”, ya que la población de todo el condado son 6,5 millones de personas.
“Creo que el alcalde Turner hizo lo correcto, si se hubiese evacuado probablemente la gente hubiese estado aún en las calles intentando salir justo cuando Harvey estaría llegando”, dijo Sutton, y añadió: “Fue la mejor decisión”.
Las órdenes de evacuación han sido selectivas y han afectado a las zonas más vulnerables y de mayor riesgo de inundación.
Ese es el caso del área aledaña a la represa del Lago Conroe, a cuyos residentes el jefe del Departamento de Bomberos local, Ken Kreger, dijo que debían “optar por salir lo más pronto posible”.
También fueron evacuados forzosamente en el condado de Fort Bend, los que viven en la parte baja cercana al río Brazos, donde residen unas 50.000 personas, una zona que ha quedado totalmente anegada.
“Cuando desperté el sábado en la mañana, miré por la ventana y era como si mi casa estuviera en medio del mar, todas las calles completamente inundadas”, comentó Alberto Di Ronza, un italiano residente en Houston desde hace ocho anos.
“El agua por poco llega al primer piso de mi casa”, agregó.
El director de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), Brock Long, dijo que calculan que tendrán que alojar a más de 30.000 personas en los refugios temporales y se espera que más de 450.000 damnificados acudan para recibir asistencia.
“Es una cifra muy alta, pero estamos listos para controlar la situación”, dijo Long.
Para mañana se espera la visita en la zona de la catástrofe del presidente, Donald Trump, quien desde el primer momento ha estado pendiente de la situación y ha prometido también visitar la vecina Luisiana, donde Harvey también ha dejado graves inundaciones.
Entretanto, miles de personas son atendidas en las decenas de refugios y albergues establecidos para las personas que no pueden regresar a sus hogares, mientras continúan las llamadas a los teléfonos de emergencia para alertar de personas que se encuentran en peligro por las aguas.
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