OBITUARIO. De origen argentino, fue un incansable defensor de los derechos de los refugiados, particularmente de los provenientes de América Latina
Por Francisco Reyes
TORONTO. El 20 de agosto de 1983, Adolfo y Betty Puricelli llegaron a Canadá desde Argentina, llenos de esperanza y convicción para apoyar a los refugiados de América Latina en el proceso de reconstrucción de sus vidas y culturas en Toronto, y prestaron servicio hasta su jubilación en el año 2006.
El pasado sábado 19, miembros de diferentes organizaciones comunitarias de esta ciudad se dieron cita en la Toronto United Mennonite Church, localizada en el 1774 Queen St W, para recordar al conocido pastor religioso Adolfo Puricelli.
La memoria de Puricelli permanecerá entre los miembros de las comunidades hispano-latinoamericanas por su dedicación al trabajo con los refugiados y recién llegados hispanos a Canadá y especialmente en la provincia de Ontario.
A principio de los años de 1980, Adolfo y su esposa, Betty, llegaron desde Argentina y se radicaron en Toronto.
En 1983, crearon el Mennonite New Life Centre que, aunque en un principio obedecía al deseo de la Conferencia General de la Iglesia Mennonita, de crear un ministerio para los hispanos en esta ciudad, los conflictos bélicos en América Central, principalmente en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, cambiaron los planes de esa institución religiosa.
La llegada de decenas de miles de refugiados centroamericanos movió a los Puricelli a trabajar con refugiados e indocumentados de la región, con el fin de que encontraran en Canadá un lugar seguro donde pudieran terminar de realizar sus vidas.
Adolfo Puricelli se formó en teología anabaptista, conocía bien América Latina debido a su trabajo con las Sociedades Bíblicas Unidas y estaba bien fundamentado en la cultura latinoamericana; él también podía entender el contexto de la Iglesia Menonita y eventualmente podría emprender un trabajo con personas de habla hispana en Toronto.
Aunque al inicio Adolfo Puricelli realizaba esa labor de asistencia a los refugiados en su vivienda, el flujo de recién llegados lo hizo mover en enero de 1985 al sótano de una antigua biblioteca, que fue el comienzo del Mennonite New Life Centre, donde les daban asistencia en la búsqueda de viviendas, en asuntos legales y en cuanto al sistema de la asistencia social gubernamental.
En 1987, los Puricelli establecieron el Centro de Recepción en Saint Claire y O’Connor, pero en 1988 el New Life Centre se vio en la necesidad de moverse a compartir espacio en la Iglesia Mennonita de Toronto, ubicada en Queen Street, ampliando con los años sus servicios no sólo a los centroamericanos, sino también a inmigrantes de Yugoslavia y a recién llegados hablantes del mandarín.
La herencia cultural de los refugiados hispano-latinoamericanos influyó en los ritos de la New Life Faith Centre, donde celebraban mensualmente la eucaristía y diferentes tipos de servicios espirituales ofrecidos sábados y miércoles.
“La profunda compasión y solidaridad de Adolfo con los inmigrantes y refugiados latinoamericanos, junto con su tremendo compromiso y años de esfuerzo de base, crearon la base para el MNLCT que existe hoy en día. A través de su ejemplo y su desinterés, Adolfo ha inspirado y seguirá inspirando al Centro para que apoye a las personas más vulnerables de nuestra comunidad, de donde sea que se encuentren, dándoles la bienvenida como individuos únicos, apreciando su potencial y abrazando su humanidad común. Adolfo será ciertamente extrañado, pero su legado no será olvidado pronto”, plantea en un obituario el Centro Menonita Nueva Vida.
Definitivamente fueron muchos los beneficiarios del trabajo solidario de Adolfo Puricelli, quien falleció el 31 de diciembre del 2018. Su legado perdurará en el seno de nuestras comunidades. Paz a sus restos.