Oscar Vigil
TORONTO. Jóvenes, adultos, ancianos, hombres, mujeres, obreros, profesionales, realmente no hubo distinción el fin de semana durante una vigilia organizada repentinamente y convocada a través de la social media, en la cual se le rindió tributo al líder revolucionario cubano Fidel Castro.
Los participantes, portando velas y pancartas, cantaron, gritaron consignas y pronunciaron discursos en honor al fallecido líder, el cual sin lugar a dudas ha sido un referente político para más de cinco generaciones de latinoamericanos.
Hace varios años le pregunté a un Cónsul General de Cuba sobre las características de la población cubana en Toronto, y específicamente sobre si estas eran similares a las de los cubanos que residen en Miami. Su respuesta fue categórica: No.
Efectivamente, prácticamente ningún cubano en Toronto habla mal de Fidel o de Cuba. Destacan el sistema de salud, la educación gratuita, la seguridad del país entre muchos beneficios. Aparecen también algunos de los problemas de la isla, pero problemas que no son ajenos a prácticamente ningún país latinoamericano.
La noche del domingo, frente al consulado de Cuba, en la zona de Dundas y Kipling, esos cubanos, acompañados de decenas de amigos provenientes de los diversos países de América Latina, así como también de canadienses anglosajones, gritaron a todo pulmón “Viva Fidel”, hablaron en contra del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, y elogiaron las palabras del Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau en relación al líder socialista.
Hubo muestras de tristeza y más de algunas lágrimas, sin embargo, lo que más sobresalió durante la vigilia fue muestras de respeto para un líder que, con toda la polémica que puede haber a su alrededor, nadie duda del fuerte impacto que tuvo en la vida del continente.