Hay muchas herramientas que nos facilitan la vida, desde Internet hasta el lavavajillas. Cuando se trata de dirigir un negocio, nos guste o no, hay muchas formas en las que la tecnología puede marcar una diferencia significativa en la capacidad de una empresa para tener éxito a largo plazo. He algunas que son imprescindibles:
Sistemas de gestión de datos basados en la nube
Los servicios de correo electrónico más conocidos deberían ofrecer potentes funciones de calendario, copias de seguridad automáticas y funciones seguras de almacenamiento y uso compartido de archivos. Pero si un empresario sigue trabajando manualmente o en archivos guardados en un ordenador, probablemente ha llegado el momento de adoptar estas funciones en un paquete de software ya estándar.
De lo contrario, un café derramado podría destruirlo todo, y es probable que se esté empleando mucho tiempo y energía que podrían aprovecharse mejor. Hay muchos tutoriales gratuitos en Internet para ayudar a los nuevos usuarios a sacar el máximo partido de estas herramientas, y muchas empresas estarán encantadas de organizar una prueba gratuita o una demostración para enseñarles cómo utilizarlas.
Herramientas de gestión de contraseñas
Hay mucho que perder cuando las contraseñas se pierden o se ven comprometidas, especialmente cuando se trata de una pequeña empresa. Los gestores de contraseñas seguros pueden almacenar de forma segura la información de inicio de sesión, para que nadie tenga la tentación de dejar los datos por escrito o elegir contraseñas fáciles de piratear.
Un gestor de contraseñas también puede devolver el tiempo invertido en restablecer repetidamente contraseñas olvidadas y facilita la concesión de acceso ocasional a los empleados a través del gestor sin revelarles la contraseña.
Software de contabilidad
Si una empresa aún no utiliza un software de contabilidad basado en la nube, merece la pena plantearse suscribirse. Hay muchas ventajas que ahorran tiempo, como la facturación automatizada y los recordatorios de pago atrasado para ayudar a garantizar que se cobre el dinero ingresado, el seguimiento de recibos y gastos, e incluso herramientas de seguimiento del tiempo para ver qué partes del negocio requieren la mayor parte del tiempo y los esfuerzos de la empresa.
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