“La barrera de la piel es como un escudo natural formado por lípidos y células que evita la pérdida de agua y la protege de factores externos dañinos como la contaminación, las bacterias o las toxinas”, explica el experto en cuidado de la piel de la firma Paula’s Choice, David Fernández Polo.
Limpieza suave, el primer gesto de cuidado.
Durante el invierno, es crucial elegir un limpiador que sea efectivo pero que no elimine los aceites naturales de la piel. Los limpiadores espumosos o con agentes astringentes pueden resultar demasiado agresivos, dejando la piel más propensa a la sequedad y la irritación.
En su lugar, es preferible optar por fórmulas cremosas o aceitosas que limpien suavemente mientras hidratan y calman. Ingredientes como el aceite de jojoba o la glicerina ayudan a preservar la barrera cutánea durante esta etapa crucial de la rutina.
Desde Alma Secret proponen su limpiador Camelia Bloom, formulado “con aceite de camelia como ingrediente principal y que ha sido utilizado durante siglos en Asia, especialmente por las Geishas de Japón, quienes lo usaban para mantener su piel suave y su cabello radiante”.
Un error común es utilizar agua caliente para lavar el rostro, ya que puede despojar la piel de su humedad natural. En su lugar, es preferible emplear agua tibia y secar suavemente con una toalla limpia, evitando frotar. Este enfoque respeta la fragilidad de la piel en esta temporada y sienta las bases para los pasos siguientes.
Ceramidas y las fórmulas densas
Uno de los grandes aliados del cuidado de la piel en invierno son las ceramidas, un ingrediente esencial para fortalecer la barrera cutánea. Estos lípidos naturales, ayudan a retener la humedad y a proteger la piel de agresores externos, como el viento frío o el aire seco.
“Cuando la barrera cutánea está dañada, su función de protección se ve comprometida y la piel puede desarrollar rojeces, sensibilidad o incluso empeorar problemáticas como el acné”, remarca Fernández, para quien las ceramidas son un componente esencial para restaurar los lípidos naturales de la piel.
Desde esta firma, insignia en cosmética de vanguardia y convertida en una de las más vendidas, sugieren el complejo Resist Hidratante Avanzada Reparadora Barrera, elaborado a partir de una mezcla de cinco ceramidas que reponen la barrera de la piel.
Incorporarlas en la rutina diaria es clave para prevenir la deshidratación y mantener una piel suave y flexible, ya que son los responsables de crear una barrera protectora que sella la hidratación y evita la pérdida de agua transepidérmica.
Protección solar, incluso en días nublados
Uno de los errores más comunes en invierno es descuidar el uso de protector solar, bajo la falsa creencia de que el sol no es tan fuerte como en verano. Aunque los rayos UVB disminuyen durante esta época, los rayos UVA, responsables del envejecimiento prematuro y el daño profundo en la piel, siguen estando presentes.
Desde la firma Collistar proponen sus ‘Gotas Mágicas protectoras’, un formato de protección solar urbana con tratamiento antiedad iluminador que también protege la piel de agresiones como la luz azul. “En el interior, nos exponemos constantemente a la luz azul de los dispositivos electrónicos, que acelera el envejecimiento cutáneo”.
Desde la firma recalcan que “es necesario contar con un producto que sea práctico y cómodo de usar, ya que la textura de muchos protectores solares faciales no es muy apetecible”, indican sobre este formato de gotas ligeras y fluidas que pueden usarse como un primer paso para preparar la piel de forma previa al maquillaje.
Sueros reparadores, el refuerzo nocturno
Durante la noche, la piel entra en modo de reparación, lo que hace que sea el momento ideal para utilizar sueros ricos en nutrientes. Los sueros con ácido hialurónico son ideales para retener la humedad, mientras que aquellos con niacinamida ayudan a calmar la irritación y a reforzar la barrera cutánea.
Para pieles extremadamente secas o agrietadas es preferible optar por productos que contengan pantenol (pro-vitamina B5), conocido por sus propiedades calmantes y reparadoras además de incorporar tratamientos con retinol, siempre y cuando se usen con moderación y se combinen con hidratantes intensos para minimizar la sequedad.
Bálsamos hidratantes, el escudo para labios y áreas delicadas
Los labios y las áreas más delicadas del rostro, como el contorno de los ojos, son especialmente vulnerables durante el invierno. Los labios carecen de glándulas sebáceas, lo que los hace propensos a agrietarse y resecarse con facilidad.
Un bálsamo labial enriquecido con ingredientes como lanolina, cera de abejas o manteca de cacao es esencial para mantenerlos hidratados y protegidos.
El contorno de los ojos también necesita atención especial, por lo que es esencial optar por cremas específicas que contengan ceramidas, ácido hialurónico o escualeno para prevenir la sequedad y minimizar la aparición de líneas finas.
Exfoliación controlada, el equilibrio perfecto
Aunque la exfoliación es esencial para eliminar células muertas y mejorar la absorción de los productos, en invierno debe hacerse con moderación para evitar dañar la barrera cutánea.
Es imprescindible escoger exfoliantes químicos suaves con ácidos como el láctico o el mandélico, que son más gentiles con la piel, así como evitar las fórmulas en grano que pueden deteriorar la barrera cutánea. Desde Paula’s Choice formulan diferentes formatos que son aptos para pieles sensibles y pensados para uso continuado.
La firma de cosmética estadounidense comercializa en el mundo varios de sus exfoliantes por minuto, uno de los productos que la catapultó a la fama gracias a sus exfoliantes AHA y BHA no abrasivos, que eliminan las células muertas de forma suave para mejorar el tono y la hidratación de la piel.
Humidificadores y otros aliados invisibles
La hidratación no solo depende de los productos que se aplican sobre la piel, sino también del ambiente que la rodea. Durante el invierno, el uso de calefacción reduce drásticamente la humedad en los interiores, lo que puede agravar la sequedad cutánea.
Incorporar un humidificador ayuda a mantener un nivel óptimo de humedad en el aire, lo que beneficia tanto a la piel como a la salud en general, además de beber suficiente agua y consumir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como el salmón, las nueces o las semillas de chía.
María Muñoz Rivera
EFE REPORTAJES