Rodrigo Díaz M.
El partido gobernante de Italia ha presentado una ley que pretende prohibir a gobiernos y empresas el uso del inglés en comunicaciones oficiales bajo amenaza de multas de hasta 100 mil euros, o 150 mil dólares.
Aunque el proyecto de ley prohibiría el uso de todos los términos extranjeros en las comunicaciones oficiales, la propuesta de ley está especialmente interesada en sofocar el auge de la “anglomanía”, y aboga por la protección y conservación de la lengua italiana.
“No se trata sólo de una cuestión de moda, ya que las modas pasan, sino que la anglomanía (tiene) repercusiones en toda la sociedad”, reza un borrador del proyecto de ley, presentado por el partido nacionalista de derechas Hermanos de Italia.
Añade que la difusión del inglés “degrada y mortifica” la lengua italiana y que su popularidad en Europa es “aún más paradójica y negativa” ahora que el Reino Unido ha abandonado la Unión Europea.
El proyecto de ley prohibiría el uso del inglés, e incluso de términos ingleses que se han introducido de forma natural en el léxico italiano, en las comunicaciones gubernamentales, en las empresas privadas que promocionan sus productos y servicios, e incluso en las aulas universitarias, a menos que en el curso se enseñe específicamente una lengua extranjera.
Incluso las administraciones públicas y las entidades privadas que tratan principalmente con turistas y personas de habla no italiana se verían obligadas a utilizar el italiano como lengua principal si se aprueba el proyecto de ley.
El proyecto de ley también crearía un nuevo comité dependiente del ministerio de cultura, cuyo objetivo sería promover el “uso correcto de la lengua italiana y su pronunciación” en las escuelas, los medios de comunicación, el comercio y la publicidad.
Aunque el proyecto de ley aún no se ha debatido, necesitará la aprobación de las dos cámaras del Parlamento italiano para convertirse en ley, pero cuenta con el respaldo de la primera ministra, Giorgia Meloni.
Si el proyecto se convierte en ley, el gobierno podría tener que poner rápidamente orden en su propia casa. Cuando tomó posesión el pasado mes de octubre, añadió el término inglés “Made in Italy” al nombre del ministro de industria, mientras que la propia Meloni deja caer ocasionalmente palabras extranjeras en sus discursos.
El proyecto de ley llega pocos días después de que el gobierno se movilizara para defender lo que considera otra parte importante de la cultura italiana, prohibiendo el uso de alimentos producidos en laboratorio para salvaguardar el patrimonio agroalimentario del país.