Rodrigo Díaz M.
El gobierno federal liberal cumple por fin una promesa electoral de hace años: la viceprimera ministra y ministra de hacienda, Chrystia Freeland, se comprometió el lunes a destinar un billón de dólares en cinco años a financiar un nuevo programa nacional de alimentación escolar.
La financiación, que se incluirá en el presupuesto del próximo 16 de abril, se pondrá en marcha con el objetivo de ampliar los programas de alimentación escolar existentes, proporcionando comida a 400 mil niños canadienses más al año.
Prometiendo colaborar con las provincias, los territorios y los pueblos indígenas en la puesta en marcha del programa, como ha hecho con otras promesas recientes previas al presupuesto, el gobierno federal presenta esta financiación como una red de seguridad para los niños y las familias que se enfrentan a la inseguridad alimentaria.
Durante la campaña electoral del 2021, el gobierno federal prometió “desarrollar una Política Nacional de Alimentación Escolar y trabajar hacia un programa nacional de comidas nutritivas escolares con una inversión de mil millones de dólares en cinco años”.
Después de que la promesa se mencionara en el presupuesto federal del 2022 sin financiación adjunta, y se dejara de lado de nuevo en el 2023, los defensores advirtieron que el futuro de la capacidad de las escuelas para seguir ofreciendo comidas a los estudiantes estaba en peligro debido a la afluencia de estudiantes que acceden a los programas de alimentación escolar, y al aumento vertiginoso de los costos de los alimentos sin aumentos proporcionales en la financiación del programa.
Los programas de comidas escolares que ofrecen algo de comer a los alumnos ya existen en diversas formas en todas las provincias y territorios, aunque las estadísticas federales dicen que sólo llegan aproximadamente al 21% de los niños en edad escolar.
Estos programas son posibles en gran medida gracias a la financiación de los gobiernos provinciales y territoriales que, según sus defensores, también necesita aumentos sustanciales debido a los efectos de la inflación, así como a las donaciones del sector privado y de la comunidad, y al tiempo de los voluntarios.
Aunque no es una medida incluida en su pacto bipartidista de suministro y confianza, el NDP ha estado presionando para que esta financiación se incluya en el presupuesto, señalando que Canadá está por detrás de otros países del G7 cuando se trata de promulgar un programa nacional de comidas escolares.