Rodrigo Díaz M.
El ministro federal de seguridad pública, Dominic LeBlanc, afirma que el gobierno federal actuará “lo más rápidamente posible” para hacer frente al creciente problema del robo de vehículos en Canadá.
El problema fue objeto de una cumbre celebrada en Ottawa, que reunió a políticos, fuerzas del orden y representantes de la industria para buscar una respuesta unificada.
En Quebec y Ontario, los robos de vehículos denunciados aumentaron aproximadamente un 50% en el 2022, junto con un aumento del 35% registrado en la parte atlántica de Canadá.
Los expertos han advertido que Canadá se está convirtiendo rápidamente en una “nación fuente” para el robo y la reventa de vehículos, a menudo con la participación de grupos del crimen organizado.
El gobierno federal anunció 28 millones de dólares adicionales para la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA) con el fin de mejorar la capacidad de la agencia para detectar y registrar los contenedores utilizados para transportar vehículos robados al extranjero.
El primer ministro Justin Trudeau y los ministros de su gabinete también han sugerido que están abiertos a endurecer las sanciones penales para los reincidentes o los relacionados con el crimen organizado que sean sorprendidos robando vehículos.
En declaraciones a la prensa el líder conservador Pierre Poilievre propuso imponer penas mínimas obligatorias de tres años a los ladrones reincidentes.
Poilievre sugirió que un gobierno conservador recortaría 165 millones de dólares del gasto de la CBSA en consultoría de gestión, reasignando parte de ese dinero a la compra de 24 escáneres de rayos X para los cuatro mayores puertos de Canadá, y a la contratación de 75 agentes de la CBSA dedicados específicamente a la búsqueda de vehículos robados en los puertos.
Según el cálculo de costos de los conservadores, el plan de Poilievre costaría 135 millones de dólares. Poilievre que el plan “para frenar el robo de coches es asegurar nuestros puertos y poner tras las rejas a los ladrones de autos”.