El primer presupuesto del nuevo gobierno liberal encabezado por el primer ministro Mark Carney será presentado por el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne este martes.
El documento busca impulsar el crecimiento económico y mitigar el impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos, mediante inversiones en infraestructura, vivienda, defensa y energía.
Entre las medidas se incluirían un fondo de infraestructura local de 50 mil millones de dólares, más recursos para las Fuerzas Armadas y programas de apoyo a los sectores afectados por los aranceles estadounidenses. También se espera un ajuste fiscal que combine recortes en la burocracia y un cambio en la estructura tributaria para fomentar la inversión.
El presupuesto llega en un contexto político delicado: el gobierno liberal cuenta con 169 escaños en la Cámara de los Comunes y necesita el apoyo de al menos tres diputados de la oposición para aprobarlo. Los conservadores exigen un déficit máximo de 42 mil millones de dólares y recortes significativos en el gasto, mientras que el Bloque Quebequense pide mayores transferencias para salud y pensiones.
El Nuevo Partido Demócrata (NDP) no ha definido su posición, aunque ha advertido que no apoyará un presupuesto con tintes de austeridad. Si el plan fiscal no logra ser aprobado, el país podría enfrentar elecciones federales antes de Navidad.
Carney ha señalado que el presupuesto marcará una nueva etapa económica para Canadá, con un enfoque en “inversión más que gasto” y en la búsqueda de resiliencia económica frente a la incertidumbre global. Al mismo tiempo, el gobierno promete reducir en 15 % el gasto operativo en tres años y separar claramente los presupuestos de inversión de los de funcionamiento. Economistas y organismos internacionales mantienen opiniones divididas sobre la sostenibilidad fiscal del país, aunque el Fondo Monetario Internacional considera que Canadá sigue en una posición relativamente estable frente a otras economías del G7.














