Rodrigo Díaz M.
El gobierno federal va a destinar otros 362 millones de dólares a ayudar a las provincias y ciudades a encontrar alojamiento para los solicitantes de asilo, pero Ontario dice que no es suficiente.
El ministro de inmigración federal, Marc Miller, calificó la ayuda de medida de apoyo frente al creciente impacto de las solicitudes de asilo en toda Canadá, pero reconoció que hay que hacer mucho más.
“Este programa es importante porque consigue refugios para la gente, sobre todo con la temperatura que hace fuera”, dijo Miller. “Pero necesita una reforma, y eso es algo en lo que habrá que trabajar en los próximos meses”.
La vivienda y el apoyo a los solicitantes de asilo son responsabilidad de los gobiernos provinciales y municipales, pero Ottawa ya ha ofrecido múltiples pagos complementarios como éste para aliviar la carga.
Es necesario un cambio más sustancial, dijo Miller.
“Creo que se lo debemos a los canadienses para reformar un sistema que ha sido en gran medida una medida provisional desde el 2017 para hacer frente a grandes flujos históricos de inmigración”.
Hasta la semana pasada, alrededor de 7,300 solicitantes de asilo que necesitaban alojamiento se alojaban en cuatro mil habitaciones de hotel en seis provincias, dijo Miller.
Del nuevo dinero, dijo que 100 millones de dólares se destinarán a Quebec.
No quiso ofrecer detalles sobre cómo se distribuirá el resto del dinero, pero dijo que Toronto recibirá una “cantidad significativa”.
Esa podría ser toda la suma y aun así no sería suficiente, se quejó Paul Calandra, ministro de asuntos municipales y vivienda de Ontario.
La alcaldesa de Toronto, Olivia Chow, ha dicho en el pasado que la ciudad necesita 250 millones de dólares, añadiendo que si el dinero no llegaba se añadiría un “gravamen federal de impacto” adicional del 6% a la subida del impuesto sobre bienes inmuebles propuesta para el 2024, del 10,5%.
La presión suele ser mayor en grandes ciudades como Montreal y Toronto, donde los emigrantes suelen empezar su búsqueda de empleo y buscar las comunidades étnicas existentes.
Según Miller, el sistema actual “no es perfecto” y no es una solución a largo plazo.