Rodrigo Díaz M.
El colapso de la presa de Fundão, en el sureste del país, provocó una avalancha de lodo que mató a 19 personas. También contaminó gravemente el río Doce, comprometiendo la vía fluvial hasta su desembocadura en el océano Atlántico.
El juez Vinicius Cobucci declaró que las empresas eran responsables de “daños morales”, o daños no materiales, como la angustia emocional sufrida por los afectados por el incidente.
Añadió que el dinero, que se ajustará a la inflación desde 2015, se ingresará en un fondo estatal y se destinará a proyectos e iniciativas en la zona afectada por el colapso de la presa.
El fallo se produjo en respuesta a una acción civil presentada por los fiscales estatales y federales.
Vale dijo que, hasta diciembre del año pasado, la Fundación Renova, que las empresas han estado utilizando para hacer los pagos de compensación, ha pagado hasta ahora 34.7 billones de reales.
El fallo permite a las empresas apelar la decisión. Samarco es una empresa conjunta al 50% entre el grupo minero australiano BHP y la brasileña Vale.
La catástrofe del estado de Minas Gerais, que también provocó el desplazamiento de 700 personas, se considera uno de los peores desastres medioambientales del país.
Cuando la presa reventó, desató un diluvio de lodo tóxico espeso y rojo que arrasó la aldea de Bento Rodrigues.
También contaminó el río Doce y el océano Atlántico a 650 kilómetros de distancia, devastando la fauna y contaminando el agua potable de cientos de miles de personas.
Un informe publicado en el 2016 concluyó que el colapso de la presa se debió a fallos de diseño arquitectónico.
Las presas que contienen residuos mineros, conocidos como “relaves”, suelen tener paredes formadas por una mezcla de partículas arenosas y limo arcilloso.
Según el informe, un cambio en el diseño de la presa de Fundão entre el 2011 y el 2012 provocó un drenaje menos eficiente del agua y, en última instancia, el colapso de la presa el 5 de noviembre del 2015.