Rodrigo Díaz M.
Francia planea construir seis nuevos reactores nucleares y prolongar la vida útil de sus plantas nucleares existentes como parte de la estrategia del país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
El presidente francés, Enmanuel Macron, dijo que los trabajos de construcción comenzarían alrededor de 2028 para que el primer nuevo reactor pueda ponerse en marcha en 2035. También pidió que se estudie la posibilidad de ampliar el programa a ocho reactores.
La medida llega en medio de las preocupaciones por los picos en los precios de la energía y la dependencia de Francia de los productores mundiales de gas y petróleo.
Macron anunció lo que describió como “el renacimiento nuclear francés” en la ciudad oriental de Belfort, donde se encuentra la sede europea de GE Energy. Antes de su visita, el gigante eléctrico francés EDF anunció un acuerdo para comprar la rama de turbinas nucleares del fabricante estadounidense.
EDF, que es propiedad del estado francés en más de un 80%, ha calculado que el coste de construcción de los seis reactores de agua a presión, conocidos como EPR, es de unos 50 billones de euros (57 billones de dólares).
La autoridad de seguridad nuclear de Francia acordó el año pasado ampliar la vida operativa de los 32 reactores nucleares más antiguos del país en una década hasta los 50 años. La mayoría de los reactores nucleares se construyeron en la década de 1980, lo que significa que podrían cesar de operar en la década de 2030.
La energía nuclear proporciona actualmente alrededor del 70% de la electricidad francesa, más que en cualquier otro país del mundo.
Macron también anunció que se abrirá una convocatoria de proyectos apoyados por un billón de euros en financiación para los desarrolladores de los llamados pequeños reactores modulares, o SMR, que pretenden ser más baratos y rápidos de construir que las plantas nucleares tradicionales.
En 2007, Francia comenzó a construir un reactor EPR en la comuna normanda de Flamanville, donde ya opera una central nuclear. Pero la construcción lleva más de una década de retraso y su coste estimado se ha triplicado con creces. EDF afirma que tiene previsto poner en marcha el reactor el año que viene.
El gobierno argumenta que la construcción de nuevos reactores nucleares permitirá a Francia cumplir su compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 y ayudará a reducir la dependencia del país de los combustibles fósiles importados.
La energía nuclear produce muchas menos emisiones que el carbón, el petróleo o el gas, pero la construcción de centrales nucleares es muy cara y estas producen residuos radiactivos que siguen siendo mortales durante decenas de miles de años.
Los activistas antinucleares han denunciado el impulso francés para promover esa fuente de energía, diciendo que la tecnología es insegura y los residuos nucleares suponen un riesgo para el medio ambiente.
La Red de Acción por el Clima de Francia, que reúne a grupos ecologistas, criticó el relanzamiento de la industria nuclear del país como “una opción costosa que igual contamina el ambiente”.
Además de esbozar el compromiso de Francia con la energía nuclear, Macron aseguró que el país planea “desarrollar masivamente” las fuentes de energía renovables. Dijo que el país daría prioridad a multiplicar por diez la energía solar de aquí a 2050, crearía más parques eólicos marinos y duplicaría la producción de energía de los parques eólicos terrestres.
Estas iniciativas tienen como objetivo convertir a Francia, en un plazo de 30 años, en el primer gran país del mundo que deje de depender de las energías fósiles.
Macron dijo que la estrategia también apoyará el poder adquisitivo de los franceses porque “a largo plazo, las energías nucleares y renovables proporcionarán una energía más barata que estará protegida de las turbulencias del mercado”.