Rodrigo Díaz M.
El presidente francés, Emmanuel Macron, llevó esta semana su esfuerzo diplomático para desactivar la crisis sobre Ucrania a su capital, Kiev, después de que las horas de conversaciones con el presidente ruso, Vladímir Putin, no dieran lugar a ningún avance aparente.
Macron se reunió con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, mientras aumenta el temor a una posible invasión rusa.
En las últimas semanas, los líderes occidentales han emprendido múltiples rondas de diplomacia con la esperanza de rebajar las tensiones y evitar un ataque. Las conversaciones de alto nivel han tenido como telón de fondo simulacros militares en Rusia y Bielorrusia.
El martes, el ministerio de defensa ruso dijo que seis grandes buques de desembarco se estaban trasladando del Mediterráneo al Mar Negro para realizar ejercicios navales.
Las conversaciones de Macron con Putin el lunes duraron más de cinco horas y, aparentemente, no empeoraron la situación, pero tampoco la mejoraron.
Putin dijo tras la reunión que Estados Unidos y la OTAN ignoraron las demandas de Moscú, pero señaló su disposición a seguir hablando y advirtió que el ingreso de Ucrania en la OTAN podría desencadenar una guerra entre Rusia y la alianza en caso de que Kiev se mueva para retomar la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que cualquier perspectiva de que Ucrania entre en la OTAN “a corto plazo no es muy probable”, pero tanto él como otros países miembros de la OTAN y la propia OTAN se niegan a descartar la entrada de Ucrania en la alianza en un futuro.
Biden se reunió el lunes en Washington con el canciller alemán Olaf Scholz, que viajará a Kiev y Moscú los días 14 y 15 de febrero. Biden prometió que el gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania, que ha sido completado, pero aún no está en funcionamiento, será bloqueado si Rusia invade Ucrania.
Detener el funcionamiento del gasoducto perjudicaría a Rusia económicamente, pero también causaría problemas de suministro a Alemania.
El primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió a Rusia que una invasión a Ucrania sólo hará más fuerte a la OTAN, pero dijo que sigue creyendo que una “diplomacia de principios y decidida” podría desactivar la crisis.
Rusia y Ucrania están sumidas en un amargo conflicto desde 2014, cuando el presidente ucraniano afín al gobierno ruso fue derrocado, Moscú se anexionó Crimea y luego respaldó una insurgencia separatista en el este del país. Unas 14 mil personas han fallecido producto de este conflicto entre los rebeldes respaldados por Rusia y las fuerzas ucranianas.
En 2015, Francia y Alemania ayudaron a negociar un acuerdo de paz, conocido como los Acuerdos de Minsk, que puso fin a las hostilidades a gran escala, pero no logró una solución política del conflicto.
El gobierno ruso ha acusado repetidamente a Kiev de sabotear el acuerdo, y funcionarios ucranianos han dicho en las últimas semanas que su aplicación perjudicaría a Ucrania.
Tras reunirse con Macron, Putin dijo, sin dar más detalles, que algunas de las propuestas del presidente francés podrían servir de base para un acuerdo sobre el conflicto separatista, y añadió que acordaron hablar por teléfono tras la visita de Macron a Kiev. El gobierno federal canadiense ha desaconsejado cualquier viaje a Ucrania y ha instado a todos los canadienses que se encuentran actualmente en el país a que lo abandonen.