Rodrigo Díaz M.
Los equipos de rescate siguen buscando entre las ruinas de un hotel de lujo de la capital cubana a los supervivientes de una devastadora explosión
El Hotel Saratoga, un hotel de cinco estrellas y 96 habitaciones en La Habana Vieja, se preparaba para reabrir el viernes después de estar cerrado durante dos años cuando una aparente fuga de gas se encendió, haciendo estallar las paredes exteriores en las concurridas calles a media mañana, a una cuadra del edificio del Capitolio del país.
Las autoridades cubanas elevaron ayer el número de muertos a 30, después de haber reportado 27 el sábado, mientras los equipos seguían buscando víctimas enterradas bajo montones de hormigón destrozado. Varias estructuras cercanas también resultaron dañadas, incluyendo el histórico Teatro Martí y la Iglesia Bautista del Calvario.
El ministerio de sanidad cubano dijo que 84 personas habían resultado heridas en la explosión del viernes. Entre los muertos hay cuatro menores, una mujer embarazada y un turista español, cuyo acompañante resultó gravemente herido.
El domingo, el ministerio también dio a conocer los nombres de los fallecidos. Unas 24 personas permanecen hospitalizadas.
El sábado, un representante del Grupo de Turismo Gaviota SA, propietario del hotel, dijo que 13 de sus trabajadores seguían desaparecidos. El gobernador Reinaldo García Zapata dijo el sábado por la noche que 19 familias habían denunciado la desaparición de sus seres queridos y que los esfuerzos de rescate continuarían.
Las autoridades revelaron que la causa de la explosión aún se estaba investigando, pero que se creía que había sido provocada por una fuga de gas.
Los entierros de las víctimas han comenzado, según las autoridades municipales. Pero algunos seguían esperando noticias de amigos y familiares desaparecidos.
En este momento aún hay algunas cuadrillas trabajando para limpiar las calles alrededor del hotel y a última hora del sábado se había reanudado el tráfico peatonal.
La explosión se sumó a los problemas de una industria turística crucial que había sido sofocada por la pandemia, así como por las sanciones más estrictas impuestas por el ex presidente estadounidense Donald Trump y mantenidas por la administración Biden, que han limitado las visitas de los turistas estadounidenses a las islas y restringieron las remesas de los cubanos en Estados Unidos a sus familias en Cuba.
El turismo había comenzado a reactivarse un poco a principios de este año, pero la guerra en Ucrania desinfló un boom de visitantes rusos, que representaron casi un tercio de los turistas que llegaron a Cuba el año pasado.
El Hotel Saratoga, cerrado debido a la pandemia, era uno de los alojamientos de élite de La Habana, que solía acoger a personalidades y celebridades.