Isabel Inclan
A nivel mundial cerca de 40 millones de migrantes indocumentados sufren restricciones de acceso a la salud según datos del Migration Policy Institute. En Canadá muchos inmigrantes que entraron con visa de turista, estudio o trabajo temporal se quedan en el país y pierden su estatus legal, con ello también se quedan a la deriva de un mínimo acceso a la salud, según afirma la profesora de Enfermería Lisa Seto Nielsen, de la Universidad de York, quien encabezó un estudio sobre los cuidados paliativos en enfermos indocumentados.
Titulado “Una revisión sobre los inmigrantes indocumentados y los cuidados paliativos: implicaciones en el contexto canadiense”, el estudio realizado en colaboración con Ryerson University, Sunnybrook Hospital y la Universidad Politécnica de Hong Kong, señala que a pesar de que los canadienses están orgullosos de su sistema universal de salud, dicha universalidad es relativa.
El estudio encontró que, en cuanto a los servicios paliativos para dar mejor calidad de vida a las personas muy enfermas en Canadá, los inmigrantes indocumentados tienen más probabilidades de tener cuidados paliativos inadecuados y retrasos en el acceso a los servicios de salud.
“Aunque los canadienses están orgullosos de su sistema universal de atención médica, es un nombre inapropiado porque no es universal. Se puede decir que es discriminatorio. Si bien implica que todos los servicios de atención médica están disponibles para todos, de forma gratuita, ese no es el caso de los inmigrantes indocumentados o las personas sin estatus legal en Canadá”, afirmó la profesora Seto Nielsen.
La especialista en el tema añadió que “si los cuidados paliativos son un derecho humano, entonces es imperativo que se establezcan políticas para servir mejor a esta población vulnerable al final de su vida”.
El estudio, publicado originalmente en la revista Journal of Immigrant and Minority Health, en 2019, encontró que la atención médica de los grupos indocumentados “es precaria a inexistente”, y que éste es un problema mundial ya que 40 millones de migrantes indocumentados sufren restricciones de acceso a la salud. Se estima que, de esta población indocumentada, 11.5 millones viven en Estados Unidos, entre 1.9 y 3.8 millones en la Unión Europea y unos 500 mil en Canadá.
La investigación es una recopilación y análisis de datos obtenidos por diversos organismos de la salud, como Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL), Medline, ProQuest, Scopus and Social Science Abstracts, Canadian Health Research Collection, Canadian Public Policy Collection, Health Reports (Statistics Canada) y Public Health Research, Education and Development (PHRED).
Los estudios seleccionados para esta investigación fueron los que incluían las variables “inmigrantes indocumentados” y “cuidados de enfermos terminales”. En total se encontraron sólo seis artículos con estas variables, o que indica, según los autores, que los cuidados paliativos para inmigrantes “son un campo de estudio poco investigado”.
Concretamente, en este estudio se encontró que las barreras para los cuidados paliativos de indocumentados incluyeron falta recursos económicos, falta de seguro médico, pobreza, miedo a la deportación, limitado apoyo comunitario, discriminación y capacidad limitada del idioma inglés. Los investigadores aseguran que los inmigrantes indocumentados “a menudo sufren diversas formas de trauma y estrés en torno a la inmigración, tanto en relación con su país de origen como con el estado inestable posterior a la llegada. “Estos desafíos particulares a menudo ejercen una presión significativa sobre su salud física”.
Entre los casos estudiados se incluye el de tres inmigrantes de Centroamérica y uno de México, quienes tenían trabajos precarios y varios empleos para juntar el dinero suficiente para mantenerse y enviar dinero a sus países. El cáncer u otra enfermedad que les costó la vida fue descubierto por casualidad pues no contaban con revisiones médicas periódicas.
El chileno-canadiense Alejandro Morales quien siempre ha trabajado en programas comunitarios, de asentamiento y de idiomas, y quien promueve los derechos de los adultos mayores, dijo a El Centro News que “si la situación de nuestros adultos mayores en el campo de la salud es complicada y a veces crítica, para aquellos que carecen de acceso a los servicios sanitarios por ser indocumentados es infinitamente peor”.
La coordinadora del estudio Seto Nielsen enfatizó que es imperativo abrir el diálogo en el sistema de salud pública de Canadá para cubrir a los inmigrantes indocumentados para que quienes se encuentran muy enfermos y al final de sus vidas puedan tener acceso a cuidados paliativos y a una muerte digna.
Ahondó en que su estudio proporciona evidencia de la necesidad de crear nuevas políticas de salud que reconozcan la presencia de inmigrantes indocumentados y su necesidad de un cuidado paliativo: “La política de salud necesita conocer estos datos. A su vez, necesita crear vías para la atención, a nivel institucional, y desarrollar un plan nacional para abordar la financiación de la atención médica para esta población”.
—0—
Fotos tomadas de la publicación del estudio en la Universidad de York.