Claudia Palacio
“llegué a Canadá hace 3 años, ya me gradué, estoy trabajando y no me alcanza el puntaje para que me inviten a aplicar para residencia” “llegue a Canadá hace 6 meses, pero estoy considerando aplazar un semestre porque no tengo dinero para pagarlo” “llegue a Canadá hace un mes, pero me quiero cambiar de institución”
Variaciones de estas frases las oímos todos los días en la oficina, en las noticias y en los grupos de estudiantes internacionales que hay en WhatsApp, Telegram y Facebook. La crisis del programa no es un secreto y ha estado en las noticias desde hace meses. Muchos de los estudiantes internacionales que llegan a Canadá se enfrentan con la realidad del costo de vida, la falta de vivienda disponible y la calidad de los programas educativos, especialmente en algunos colleges privados. Si bien es cierto que nada de esto se puede negar porque realmente hay escasez de vivienda (de bajo costo), el costo de vida está por los cielos y algunas instituciones no cumplen con los estándares de calidad, también es cierto que en la gran mayoría de los casos las decisiones que se tomaron se hicieron partiendo de la premisa de que deberían estar en Canadá “lo más pronto posible”, lo que llevó, sin duda, a no tener en cuenta algunos factores importantes.
Aunque la edad es un factor que se tiene en cuenta para los procesos migratorios en Canadá, no es necesariamente un factor determinante; eliminar de la ecuación la idea de que el proceso hay que hacerlo “lo más pronto posible” da tiempo para hacer una mejor planeación, sobre todo financiera, y evitar en gran medida los problemas de asequibilidad de vivienda y selección de la institución y el programa académico debido a presupuestos ajustados; y da además tiempo para mejorar el perfil personal elevando el nivel de inglés o aprendiendo francés y de crear una red de contactos que permitan alcanzar el objetivo bien sea de residencia permanente o de adquisición de experiencia laboral internacional.
El énfasis que se ha hecho en que la edad tiene un efecto sobre la posibilidad de alcanzar la residencia permanente en Canadá ha hecho que las decisiones se basen más en el afán de llegar a Canadá que en la necesidad de conocer lo que se debe hacer para alcanzar el objetivo trazado. En la búsqueda de “cómo llegar a Canadá” se ha dejado de lado el “que necesito para quedarme adentro”
La edad juega un factor importante para los aplicantes bajo el Canadian Experience Class (CEC), Federal Skilled Worker (FSW) y Federal Skilled Trades (FST); sin embargo, los puntos que se pierden por edad en el Express Entry se pueden recuperar, si se cuenta con una planeación adecuada, con una oferta de trabajo, francés, una nominación provincial o una selección comunitaria y cuando hablamos de nominaciones provinciales, programas rurales, pilotos y del Atlántico, la edad ya prácticamente no tiene efecto y en la gran mayoría de los casos no se tiene siquiera en cuenta. En los programas en que la edad tiene efecto se confieren puntos hasta los 45 años, y para los programas de nominación de las provincias del atlántico que es donde la edad es un obstáculo, empiezana serlo a partir de los 51 años en unas provincias y los 59 en otras.
Si tenemos en cuenta que bajo el CEC, FSW y FST se espera aprobar como residentes permanentes a 88,000 personas en el 2023 mientras que bajo los programas de nominación provincial, el Rural y del norte y el del Atlántico se espera recibir 129,600 personas como nuevos residentes permanentes durante el mismo año, es posible dejarles la ‘carrera contra el tiempo” a los menores de 30 mientras que los mayores de 35 planean el futuro con calma, sin dejarse llevar de la crisis de tiempo.
Tener unos meses o años de más para llegar a Canadá con una mejor solvencia financiera (ahorrar un poco más, vender algunos bienes, buscar un préstamo educativo) mejora sustancialmente la posibilidad de poder encontrar un sitio donde vivir porque es normal que los dueños de las propiedades pidan entre 4 y 6 meses de renta por adelantado.
Esperar un término académico más o incluso un par de años más para entrar al programa educativo que se quiere, en vez de entrar al que está disponible, aumenta las posibilidades de conseguir un mejor cargo a futuro, porque cuando se disfruta lo que se estudia se refleja en los resultados y siempre los estudiantes destacados tienen mejores posibilidades laborales.
Contar con unos meses adicionales para que la pareja mejore el nivel de inglés/francés abre posibilidades laborales para el/ella lo que redundará en mejores ingresos en Canadá y mejores posibilidades de conseguir el soporte de una empresa para buscar opciones migratorias por el lado del acompañante.
Tener unos meses adicionales para familiarizarse con el estilo de vida en Canadá, con su cultura, para crear una red de contactos profesionales y personales, facilita la llegada y el asentamiento y disminuye los efectos de la soledad y el desarraigo.
Simplemente cambiando el enfoque de “tengo que llegar a Canadá lo mas pronto posible” por “llego a Canadá cuando esté listo/a” ofrece una mejor experiencia educativa, una mejor calidad de vida y mejores posibilidades de alcanzar el objetivo, bien sea de una residencia o de tener experiencia laboral internacional. El programa esta de estudiantes esta en crisis por muchas razones, pero no es necesario hacer parte de la crisis.
Claudia Palacio es Consiltora de Inmigración regulada y miembro activo del College of Immigration and Citizenship Consultants. A Claudia la pueden contactar a través de su correo [email protected]