Rodrigo Díaz M.
Un sospechoso ha sido detenido en Guatemala y ha sido acusado de ayudar a coordinar el intento de contrabando del 2022 que terminó con la muerte de 53 inmigrantes en Texas.
Las autoridades estadounidenses solicitarán la extradición de Rigoberto Román Miranda Orozco, acusado de seis cargos de tráfico de inmigrantes con resultado de muerte o lesiones graves en el intento de tráfico de personas más mortífero a través de la frontera entre México y Estados Unidos. Las autoridades alegaron que puede estar relacionado con cuatro inmigrantes guatemaltecos que viajaban en el remolque, tres de los cuales murieron, y se enfrenta hasta a cadena perpetua si es declarado culpable.
Miranda Orozco es la primera persona detenida fuera del país que se enfrenta a cargos en Estados Unidos en relación con la investigación.
Las autoridades guatemaltecas anunciaron la detención de Miranda Orozco y de otras seis personas acusadas de ayudar en el tráfico ilícito de inmigrantes. De ellos, sólo Miranda Orozco se enfrenta a la extradición a EE.UU. y los otros serán juzgados en Guatemala.
Entre los acusados con anterioridad se encuentran Homero Zamorano Jr, que según las autoridades conducía el camión, y Christian Martínez. Ambos son de Texas y fueron detenidos poco después de que se encontrara a los inmigrantes. Martínez se ha declarado culpable de cargos relacionados con el contrabando, mientras que Zamorano se declaró inocente y está a la espera de juicio.
Las autoridades afirman que los hombres sabían que el aire acondicionado del remolque no funcionaba correctamente y no soplaba aire fresco a los inmigrantes atrapados en su interior durante el sofocante viaje de tres horas desde la ciudad fronteriza de Laredo hasta San Antonio. Las temperaturas alcanzaron los 38 grados centígrados mientras que los inmigrantes gritaban y golpeaban las paredes del remolque para pedir ayuda.
Cuando se abrió el remolque en San Antonio, 48 inmigrantes ya habían muerto. Otros 16 fueron trasladados a hospitales, donde murieron cinco más. Entre los fallecidos había 27 personas de México, 14 de Honduras, siete de Guatemala y dos de El Salvador.
Las autoridades alegan que los hombres trabajaban con operaciones de contrabando de personas en Guatemala, Honduras y México, y compartían rutas, guías, escondites, camiones y remolques, algunos de los cuales se almacenaban en un aparcamiento privado de San Antonio.
Los inmigrantes pagaban a la organización hasta 15 mil dólares por cruzar la frontera. La tarifa cubría hasta tres intentos de entrar en el país.