“La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad, tanto inflamatoria como neurodegenerativa, que tiende a afectar más a las mujeres y no se sabe porqué, aunque una de las teorías más importantes lo atribuye a problemas hormonales”, dijo a Efe el neurólogo colombiano Fernando Dangond.
“Las hormonas influyen en el sistema inmunológico”, indicó el médico y citó como ejemplo que, “en una mujer con esclerosis que esté embarazada, la enfermedad será más leve durante el periodo de gestación, pero será más activa tras el parto”.
“Siendo una enfermedad inmune se cree que las mujeres, por tener un balance hormonal diferente, están más predispuestas”, señaló Dangond, director de Asuntos Médicos para Enfermedades Neurodegenerativas de la farmacéutica EMD Serono en EE.UU.
DIAGNÓSTICO ENTRE LOS 20 Y 40 AÑOS
La esclerosis múltiple puede tener un impacto en la capacidad intelectual, o para caminar, la coordinación muscular, el habla y en otras actividades cotidianas.
Se diagnostica con frecuencia entre los 20 y 40 años de edad, y los síntomas son múltiples y varían porque el sistema nervioso central es el cerebro y la médula espinal.
“Todas las fibras nerviosas que van a todas partes del cuerpo llegan a la médula espinal o el cerebro, así que cualquier parte del cuerpo puede quedar afectada con la esclerosis múltiple”, indicó a Efe el neurólogo.
Dangond, quien fuera un niño prodigio de la música y que es también un destacado compositor de vallenatos, señaló que si la enfermedad afecta el nervio óptico la persona tendrá problemas visuales; si le afectan los músculos que controlan la boca tendrá dificultad para hablar; o si son los nervios que controlan la sensación en la piel los afectados, tendrá este órgano adormecido.
Por otra parte agregó que si la EM toca la parte del cerebro o de la médula espinal que controlan la función motora, la persona se va a debilitar de un lado del cuerpo, como por ejemplo, los brazos, piernas o manos; y si tiene lesiones de esclerosis múltiple en partes que tienen que ver con la función cognitiva, tendrá problemas de memoria para entender la secuencia de la información que recibe.
“Los síntomas pueden ser múltiples y varían de persona a persona, pero los más comunes son los sensoriales. La gente experimenta adormecimiento en la piel, cosquilleos, o como agujas. La pérdida de la visión, generalmente en un solo ojo por inflamación del nervio óptico, es común y tiende a recuperarse”, según indicó el especialista.
Es posible que los síntomas puedan ser confundidos con los de otras enfermedades, por lo que el médico advirtió que es importante que una persona que muestre alguna sintomatología como la comentada anteriormente, acuda un neurólogo. “Pero existe ayuda” afirmó.
Según indica el galeno, la esclerosis múltiple afecta a muchos grupos étnicos, pero es más común en personas con descendencia de Europa del norte, donde hay menos exposición a los rayos del sol.
“Se cree que porque hay menos exposición a los rayos del sol esas personas producen menos vitamina D, lo que hace que su sistema inmune funcione de forma anormal. La vitamina D tiene una función antiinflamatoria”, explicó el neurólogo, quien advirtió, no obstante, que también hay muchos casos de EM en América Latina.
NUEVE TRATAMIENTOS
De acuerdo con la Asociación de Esclerosis Múltiple de EE.UU, se desconoce cuántas personas específicamente han sido diagnosticadas con la enfermedad porque no se llevan estadísticas en general, ni por grupos étnicos.
La cifra de las más de 400.000 afectados en Estados Unidos está basada en la cantidad de personas que voluntariamente han llamado para registrarse en la organización, que provee de diversa información de interés para ellos.
Dangond advirtió, además, que la enfermedad no necesariamente tiene que ser degenerativa y recordó que en 1992 no existía tratamiento. “Ahora existen unos nueve tratamientos y, aunque ninguno es curativo, retarda la incapacidad que provoca”, señaló el colombiano.
El costarricense Rodrigo Salazar es un ejemplo de cómo afecta ese mal. Le diagnosticaron esclerosis múltiple el mismo día en que cumplía 23 años, luego de haber ido varias veces a un médico porque sentía “mucho cansancio, hormigueo que comenzó en las manos y se extendió a brazos y piernas, problemas visuales y dificultad para caminar por debilidad en las piernas”.
“Siete meses antes del diagnóstico acababa de abrir una cafetería. Para mí fue muy difícil porque a una edad tan joven uno no espera que te digan que tienes una enfermedad crónica progresiva y que tienes que tomar medicamentos por el resto de tu vida”, dijo a Efe Rodrigo, quien creyó que sus sueños y su vida “habían llegado a su fin”.
Sin embargo, con el apoyo de una organización de gente con esclerosis “pero positivas” cambió la actitud negativa hacia la vida que tenía tras su diagnóstico.También cambió el de su madre, que dejó de trabajar para ayudarle con la cafetería y con el tratamiento médico adecuado para retrasar el avance.
Ahora Rodrigo, que tiene ya 31 años, ha continuado con su vida y con su negocio, y se casó el pasado febrero.
Por Ruth E. Hernández Beltrán
EFE/REPORTAJES