Canadá enfrenta una escasez temporal de dos analgésicos de uso común: acetaminofén con codeína (conocido como Tylenol 3) y acetaminofén con oxicodona (vendido bajo marcas como Percocet).
Esta situación, que afecta tanto a pacientes como a proveedores de salud, se debe a interrupciones en la cadena de suministro y al aumento de la demanda, según informó el organismo regulador Health Canada. La principal causa de esta escasez son problemas en la manufactura reportados por la empresa Teva Canada Limited, que está experimentando retrasos en el envío del ingrediente farmacéutico activo (API) desde su proveedor. Esto ha provocado un aumento de la demanda que otras compañías como Apotex Inc. y Laboratoire Riva Inc. no han podido compensar, afectando así la disponibilidad a nivel nacional.
Health Canada confirmó que está trabajando con fabricantes, profesionales de la salud y autoridades provinciales para mitigar el impacto. La farmacéutica Teva espera reanudar parte del suministro a principios de agosto, con disponibilidad total proyectada para septiembre de 2025.Estos medicamentos se recetan comúnmente para tratar tanto el dolor agudo, como el postoperatorio o dental, como el crónico. Para muchas personas, forman parte de su tratamiento continuo. Mina Tadrous, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Toronto, advirtió que este tipo de escasez genera un “efecto dominó”, donde los pacientes cambian a otras marcas o formulaciones, causando más presión en el sistema.
Desde la Asociación Canadiense de Farmacéuticos, su directora Sadaf Faisal ofreció tranquilidad al público. Señaló que los farmacéuticos están acostumbrados a manejar este tipo de situaciones y que existen alternativas disponibles. También aconsejó no esperar a que se agoten los medicamentos para renovar recetas y, sobre todo, consultar al farmacéutico de confianza para encontrar opciones seguras. La asociación ha emitido recursos clínicos para orientar a los profesionales en este proceso, incluyendo estrategias de sustitución y pautas de seguimiento. Aunque el sistema puede enfrentar tensiones, los pacientes seguirán recibiendo el tratamiento necesario. El mensaje principal es claro: no entrar en pánico, mantener la comunicación con los proveedores de salud y confiar en que se están tomando medidas para superar esta situación sin comprometer el cuidado de quienes más lo necesitan.
La voz de los afectados
Gustavo López, un trabajador de la construcción en Toronto, sufrió una lesión lumbar en 2018 que le ha dejado secuelas de dolor persistente. De vez en cuando, cuando el dolor se vuelve insoportable, debe acudir a su médico para que le recete Tylenol 3, un analgésico que ha probado ser eficaz en su caso.
“ Es un medicamento que me ha ayudado mucho cuando el dolor me paraliza, pero no lo tomo todo el tiempo”, explica Gustavo. “Sé que tiene efectos secundarios como mareos, somnolencia y te deja aturdido, y eso no es compatible con mi trabajo en construcción, donde debo estar alerta”.
Además, señala que su médico le ha advertido sobre los riesgos del consumo prolongado de este tipo de medicamentos. “Me dijo que usarlo con frecuencia puede afectar el hígado, así que trato de evitarlo salvo que sea absolutamente necesario.” Con la actual escasez, Gustavo se muestra preocupado.
“No es que lo tome todos los días, pero saber que no estará disponible si lo necesito, me genera ansiedad. Ya me ha pasado que voy a la farmacia y no tienen, y tengo que regresar al médico para ver si hay otra opción.” Su historia representa a miles de trabajadores que, como él, deben encontrar el equilibrio entre aliviar el dolor y mantener la seguridad en sus empleos. Y destaca la importancia de contar con opciones médicas seguras y de fácil acceso en momentos de desabastecimiento











