Los cielos grises, los paisajes de color ocre y las alfombras de hojas indican que el otoño ha llegado para quedarse. En esta época del año muchos rincones ofrecen al viajero su mejor versión. Reencuentros con la historia, vino y naturaleza son solo algunas propuestas para sacarle el máximo partido a la temporada otoñal en Europa
DESTACADOS.
+++ Un buen destino otoñal en Europa es visitar la capital de Alemania, donde “Miles de globos de helio iluminados compondrán durante el fin de semana 9-10 de noviembre una frontera de luz de doce kilómetros de longitud que atravesará Berlín. Además, si el tiempo lo permite, la instalación podrá verse desde el espacio”, como homenaje al 25 aniversario del caída del Muro.
+++ En esta época la región francesa de Aquitania se convierte en un verdadero paraíso para los amantes de los vinos. El enoturismo es una realidad consolidada en una tierra que produce algunos de los caldos más famosos en todo el mundo.
+++ Más allá del vino, que es central en La Rioja (España), esta región posee destacadas joyas culturales, como la localidad de San Millán de la Cogolla, fundada por el santo homónimo, que está estrechamente vinculada al camino de Santiago, donde se alzan los monasterios de Suso y Yuso, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Ya ha transcurrido un cuarto de siglo desde aquel 10 de noviembre de 1989 cuando cayó el Muro de Berlín. Este año, la capital alemana se vista de gala para conmemorar los 25 años de este acontecimiento histórico.
Distintos eventos y exposiciones acercarán al viajero al Berlín dividido, a los años de la Guerra Fría y a la reunificación de la ciudad. Se realizarán rutas guiadas a lo largo del muro, visitas a las antiguas torres de vigilancia e incluso recorridos por el Berlín del este a bordo de un “trabant”, el automóvil más característico de la antigua República Democrática Alemana.
Pero las celebraciones alcanzarán su punto culminante durante el fin de semana del 9 de noviembre. Según indica la Oficina Nacional Alemana de Turismo, se colocará una gran instalación de luz en el antiguo recorrido del Muro como “símbolo de esperanza por un mundo sin muros”.
“Miles de globos de helio iluminados compondrán durante ese fin de semana una frontera de luz de doce kilómetros de longitud que atravesará Berlín. Además, si el tiempo lo permite, la instalación podrá verse desde el espacio”, afirma.
El 25 aniversario de la caída del muro es una ocasión inmejorable para adentrarse en Berlín y conocer de cerca esta gran metrópoli.
Una de las obras más emblemáticas de la capital alemana es la Puerta de Brandeburgo, antigua puerta de la ciudad y símbolo de Berlín. El monumento, inspirado en los propileos de la Acrópolis de Atenas, se erigió a finales del siglo XVIII siguiendo el diseño del arquitecto Carl Gotthard Langhan.
Tras la construcción del Muro de Berlín, la Puerta de Brandeburgo quedó en tierra de nadie durante 28 años. Sin embargo, hoy es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad.
El Parlamento, el monumento al holocausto, la catedral o la torre de la televisión, que ofrece una extraordinaria vista de la capital alemana, también son lugares de visita imprescindible para todo viajero que llegue a la capital de Alemania.
FRANCIA: VERDE Y MORADO.
El viajero otoñal también puede redescubrir de la vieja Europa algunas zonas de Francia, donde este tiempo le viste de verde y morado, con el aire está impregnado con los aromas del vino.
El otoño marca el comienzo de la vendimia, cuando las uvas ya han madurado y se recolectan con mimo.
Es en esta época del año cuando la región francesa de Aquitania se convierte en un verdadero paraíso para los amantes de los caldos. El enoturismo es una realidad consolidada en una tierra que produce algunos de los vinos más famosos en todo el mundo.
Alojarse en un “château” (castillo), participar en la vendimia y degustar los vinos locales son algunos de los atractivos que ofrece Aquitania, donde se ofrecen distintas rutas del vino que conducirán al viajero a través de viñedos y pueblos con encanto.
Una de ellas llega a Saint-Emilion, pueblecito medieval coronado por un impresionante campanario. A su alrededor se extiende un viñedo con una superficie de más de 5.000 hectáreas.
En 1999 fue inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, lo que le convirtió en el primer viñedo en recibir tal consideración. De hecho, la UNESCO estima que Saint-Emilion es “un ejemplo destacado de un paisaje vitícola histórico que se ha mantenido intacto y que prosigue su actividad en la actualidad”.
Pero hay otras muchas rutas del vino que recorren las tierras de Aquitania, como la ruta de Bergerac o la que nos lleva a Graves y Sauternes.
No obstante también se pueden disfrutar actividades relacionadas con el mundo enológico a lo largo y ancho de la región y distintos “châteaux” y bodegas ofrecen al visitante la posibilidad de aprender a elaborar su propio vino.
Otra de las joyas de la región es la ciudad de Burdeos, capital de Aquitania, que cuenta con el espejo de agua más grande del mundo, que mide 3.450 metros cuadrados y que está situado frente a la plaza de la Bolsa. Muy cerca de allí se encuentra el barrio de Saint Pierre, corazón histórico de la ciudad, surcado por pintorescas callejuelas.
Pero Burdeos tiene mucho más que ofrecer. Una manera de descubrirlo es con la ayuda de su Oficina de Turismo, que cada día organiza una visita a pie, de dos horas de duración, a través de los rincones y monumentos más destacados de esta ciudad que también es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El recorrido empieza a las 10 de la mañana en la Oficina de Turismo y la tarifa es de 13 dólares.
ESPAÑA, CALDOS Y PARQUES.
Otro punto para visitar en otoño, también relacionado con el vino, es la región española de La Rioja, al norte de la Península Ibérica donde los caldos son mucho más que su producto estrella.
Allí, el enoturismo ofrece un sinfín de posibilidades, como visitar un viñedo para conocer de primera mano el trabajo de los viticultores, participar en el pisado de la uva o adentrarse en una bodega. De hecho, hay más de 80 bodegas en La Rioja que ofertan visitas turísticas.
Los cursos de cata y la degustación de vino son atractivos de esta tierra, donde caldos de diversa consideración y factura y gastronomía van ineludiblemente de la mano. Se puede comer en una bodega o disfrutar de un menú maridado, en el que cada plato se sirve con el vino que mejor se ajusta al paladar
Pero para los abstemidos, también se puede disfrutar del vino sin necesidad de beberlo, y un ejemplo de ello es la vinoterapia, que son tratamientos relajantes y de belleza a base de productos derivados de la uva.
Pero más allá del vino, La Rioja posee también destacadas joyas culturales, como la localidad de San Millán de la Cogolla, fundada por el santo homónimo, que está estrechamente vinculada al camino de Santiago.
En este municipio se alzan los monasterios de Suso y Yuso, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, el lugar es considerado la cuna del idioma español, ya que aquí se conservan los primeros documentos escritos en esta lengua.
Durante la Edad Media en los monasterios se copiaban e ilustraban libros. Fue en el de Suso donde un monje escribió por primera vez en lengua romance. En una época donde el conocimiento escrito se difundía en latín, monjes copistas del monasterio de Suso empezaron a escribir al lado de los textos en latín, frases aclaratorias en la lengua usada por el pueblo llano. Las primeras anotaciones de este tipo son las denominadas Glosas Emilianenses.
Este enclave se asienta en un bello entorno natural, en pleno valle del río Cárdenas, y a los pies de la sierra de la Demanda.
Pero el otoño es también una época inmejorable para disfrutar de la naturaleza en el Viejo Continente. Así, diversos parques naturales ofrecen en estos meses paisajes de tonos ocres y el espectáculo de la fauna en todo su esplendor.
Ejemplo de ello es el Parque Nacional de Monfragüe, ubicado al oeste de España, en la provincia de Cáceres. Allí, en el aire otoñal, resuena el característico sonido de la berrea, con una agradable temperatura.
Esta es la época de celo de los ciervos, en la que los grandes machos emiten unos sonidos guturales muy característicos con la intención de atraer a las hembras. Además, estos impresionantes animales luchan entre sí entrechocando sus astas, pero raramente se hieren.
El ritual consiste en mostrar su fortaleza al contrincante, de modo que los vencedores serán los que se apareen con un mayor número de hembras.
Purificación León.
EFE-REPORTAJES