“Si reforzamos la autoestima y bienestar de nuestra pareja, se sentirá mejor cada día consigo misma y mejorará su relación con nosotros, haciendo que el vínculo sea cada vez más sano y fluido”, señala la psicóloga Margarita García Marqués.
García Marqués sugiere reflexionar para San Valentín y escribir a nuestra media naranja una carta en la que incluiremos todo lo que agradecemos, de corazón, lo que ha significado y significa para nosotros, y aquello que nos ha aportado y aporta.
A la hora de decidir algo, cuando la pareja no se pone de acuerdo, García Marqués dice que debe aplicarse la regla de “yo gano, tu ganas”, teniendo en cuenta que ambos van a tener que ceder en algo, dependiendo de lo que sea más importante para cada uno.
“Uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestra pareja no se consigue en las tiendas, sino que se entrega desde el corazón, y se denomina autoestima”, según la psicóloga clínica Margarita García Marqués, experta en terapia de parejas.
“Cuando mejor esté psicológica y emocionalmente nuestra pareja mejor estará la relación. Si reforzamos su autoestima y bienestar se sentirá mejor cada día consigo misma, en su propia piel, y mejorara su relación con nosotros, haciendo que el vínculo sea cada vez más sano y fluido”, asegura.
Según esta psicóloga, que dirige el Centro Hara, de terapias para el bienestar (https://centrohara.es/), de este modo se entra en un círculo virtuoso “que se va realimentando en positivo por ambos integrantes de la pareja”.
“Si la persona con la que estamos compartiendo nuestra vida se siente bien, su trato hacia nosotros va a ser bueno también, ya que lo mismo que damos, después lo recibimos”, apunta.
“Ese mutuo tratarse bien une más a la pareja, porque si uno está bien y fomenta que su pareja también lo esté, la relación se va a encaminar a un mayor bienestar, a una mejor resolución de conflictos, a una visión más profunda del vínculo y a encontrar buenas soluciones a los problemas entre los dos”, recalca.
“Es importante validar a nuestra pareja, es decir hacer que se sienta valiosa, otorgando mayor estima a lo que es, tiene y muestra”, señala García Marqués, que traslada a Efe, una serie de claves para reforzar la unión en San Valentín… y en los otros 364 días del año.
• Todo comienza por usted.
“Dado que la autoestima se genera en la reciprocidad, el primer paso consiste en apreciarse y valorarse uno mismo, porque de lo contrario no vamos a fomentarla en el otro ni vamos a querer que nuestra pareja luzca: cuánto mejor estemos, más vamos a validar al otro”, señala.
“La autoestima no es una cualidad con la que nacemos sino que puede aumentar o bajar, dependiendo del buen o mal trato que recibamos de quienes nos rodean y de las experiencias y pérdidas que tengamos a lo largo de nuestra vida, por lo que puede mejorarse asistiendo a talleres o terapias psicológicas”, destaca.
• Una carta de gratitud para el 14 de febrero.
La psicóloga sugiere reflexionar y exponer a nuestra pareja por escrito todo lo que agradecemos, de corazón, lo que ha significado y significa para nosotros y aquello que nos ha aportado y aporta, “conectando con la parte positiva de la relación”.
“Puede escribir, “desde que estamos juntos he vivido y aprendido cosas muy bonitas contigo y siento gratitud hacia ti porque me has acompañado en los momentos difíciles”, sugiere esta psicóloga, que recomienda dar ejemplos de esas vivencias.
Otra forma de expresarle agradecimiento a nuestro ser amado consiste en hacer una lista comenzando por la frase “estoy contigo porque” y completarla con palabras como “siento mariposas en el vientre… me haces sonreír… despiertas mi confianza en la vida, etc., enumerando las actitudes o conductas de nuestra pareja que nos producen bienestar”, destaca.
• Mire el lado lleno de la botella.
“En general en la pareja vemos lo que nos falta, en lugar de lo que tenemos. Por ello hemos de aprender a decir al otro las cosas que nos agradan y gustan de él, y comentar, de forma suave, aquello que no nos place tanto”, explica García Marqués.
Un buen ejercicio consiste en reflexionar por la noche, sobre lo que sentimos que nos aporta y nos ha aportado nuestra pareja ese día, según esta psicóloga.
“A veces damos por hecho que el otro tiene que atendernos, ayudarnos, tenernos en cuenta y reconocer nuestra valía “porque si”, “porque es su obligación” o “por derecho”, sin dar valor a todo eso, ni darnos cuenta de que la otra persona lo hace porque es amable, nos quiere y nos tienen en cuenta”, enfatiza.
• Observe otras relaciones.
“En las terapias he comprobado que reunirse con otras parejas y observar el trato que se dispensan sus integrantes y la forma que se relacionan, puede servir de espejo para reflexionar sobre los puntos fuertes, fallos y carencias de nuestra propia relación, y de motivación para efectuar mejoras, cambios y correcciones”, señala García Marqués.
• Póngale un precio a los reproches.
“Hay que identificar, revisar y sacar fuera, al menos una vez por semana, aquellas cuestiones que reprochamos al otro y que socavan su autoestima, ya que si no las eliminamos, van atascando e intoxicando la relación, poniéndola a veces en riesgo”, según García Marqués.
Esta experta recomienda decir “basta de reproches” y “mirar a partir de ahora”, porque hay cosas del pasado que no se pueden solucionar y hay que evitar que sigan mermando la relación.
Una opción es que la persona que reprocha algo a su pareja le “ponga un precio emocional” a dicho reproche con el que se sienta compensada y, si el otro acepta pagárselo, ya no tenga derecho a seguir reclamando “tú has hecho, dicho o pensado” y se cierre definitivamente el conflicto, una vez pagado ese precio, sugiere.
Según esta experta, este precio simbólico para cerrar el pasado puede ponerse en tareas como ayudar en la casa, limpiar el jardín, traerle el desayuno a la cama o tener la posibilidad de hacer lo mismo que se reprocha al otro, durante un lapso determinado.
• Proponga las mejoras con suavidad.
“Si algún cambio en la otra persona le desagrada, por ejemplo si está engordando mucho, expréselo de una manera suave y cariñosa, en vez de decirle algo que pueda socavar su autoestima o hacerle sentir mal como ‘te estás poniendo gord@’”, advierte la directora de Hara.
Explica que una forma positiva de proponer un cambio es ver fotos de antes y ahora juntos, compararlas y decirle “Mira que bien estábamos aquí. Pero nos estamos abandonando un poco y subiendo de peso últimamente. ¿Cómo podemos solucionarlo? ¿Qué podemos hacer para estar mejor? ¿Nos ponemos a hacer deporte para ponernos en forma y sentirnos un poco mejor?”.
“Básicamente, consiste en reconocer la situación sin emitir juicios y buscar soluciones juntos, desde el “nosotros””, apunta.
• Una técnica psicológica sencilla y útil.
Si nuestra pareja está a menudo de mal humor y regañándonos, García Marqués recomienda emplear el “veo que, siento que, imagino que”.
Esta experta pone un ejemplo: veo que “últimamente estás enfadad@, con el ceño fruncido y malhumorad@” (enumere hechos concretos), siento que “esto no es cómodo para nosotros”, “no hace bien a la relación” o “me hace sentir mal” (describa como le hace sentir lo que ocurre), imagino que “te debe estar pasando algo” o “quizá esto tenga algo que ver conmigo”.
“El último paso es preguntarle ¿Crees que podemos hacer algo para que esto mejore? , ¿en qué puedo ayudar ? o ¿cómo podemos hacer para sentirnos bien?, evitando poner toda la responsabilidad en la otra persona, ya que podemos ser, en parte, responsables de la situación, e intentando participar ambos de la solución del problema o conflicto”, señala esta psicóloga.
• Decisiones compartidas sin perdedores.
A la hora de decidir algo, cuando la pareja no se pone de acuerdo, García Marqués sugiere aplicar la regla de “yo gano, tu ganas”, teniendo en cuenta que ambos van a tener que ceder en algo, dependiendo de lo que sea más importante para cada uno.
“Unas veces cederá uno y otras veces lo hará otro, o bien uno cederá en determinados aspectos de una decisión y su pareja lo hará en otros puntos de esa misma determinación”, añade la experta, que advierte que si siempre cede la misma persona o hay un “yo gano-tu pierdes” eso afectará negativamente a la relación.
“Un año podemos ir de vacaciones a la playa, como le gusta a ella, y el siguiente al campo, como le gusta a él, decir “tu elijes el tapiz del salón y yo las flores”, señala.