Rodrigo Díaz M.
Elon Musk ha anunciado que, efectivo de manera inmediata, ha abandonado su cargo en el gobierno de los Estados Unidos como asesor principal del presidente Donald Trump, tras encabezar los esfuerzos para reducir y reformar la burocracia federal.
Su salida marca el final de de una serie de eventos incluyeron miles de despidos, la desmantelación de agencias gubernamentales y un sinfín de litigios.
El papel de Musk al servicio de Trump siempre tuvo un carácter temporal, y recientemente había señalado que volvería a centrar su atención en la gestión de sus empresas, como el fabricante de automóviles eléctricos Tesla y la empresa de cohetes SpaceX.
Sin embargo, los funcionarios de la administración solían ser vagos sobre cuándo Musk dejaría su cargo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, conocido como DOGE.
Musk anunció su decisión un día después de que la CBS publicara parte de una entrevista en la que criticaba el eje central de la agenda legislativa de Trump, diciendo que estaba “decepcionado” por lo que el presidente llama su “gran y hermosa ley”.
La legislación incluye una combinación de recortes fiscales y una mayor control de la inmigración. Musk la describió como una “ley de gasto masivo” que aumenta el déficit federal y “socava el trabajo” de DOGE.
Los republicanos aprobaron recientemente la medida en la Cámara de Representantes y actualmente la están debatiendo en el Senado.
Sus últimas críticas podrían darle voz a los republicanos que quieren mayores recortes en el gasto.
Sin embargo, solo dos republicanos votaron en contra del proyecto de ley cuando la Cámara de Representantes lo sometió a votación la semana pasada.











