Barcelona, 9 oct (EFE).- El chileno Arturo Vidal, ‘Kingarturo’ en las redes sociales, no acaba de encontrar su camino en el Barcelona, donde llegó a principios de curso y no es un asiduo en las alineaciones de Ernesto Valverde, por lo que, además de luchar por un puesto en los entrenamientos, ha decidido airear su malestar en las redes.
No soporta el banquillo, no ser protagonista y para comprenderlo es preciso echar un vistazo a su palmarés: 3 títulos con Colo Colo, 7 en Italia con el Juventus, 6 con el Bayern de Múnich, 1 con el Barça y 2 Copas de América con Chile.
Con 31 años, Arturo ‘El rey’ Vidal debe creer que no está en Barcelona para perder el tiempo, sino para ayudar al equipo -y a él mismo- a conseguir el único gran título que le queda por conquistar a nivel de clubes: la Liga de Campeones.
Por eso después de verse durante 87 minutos en el banquillo de Wembley, donde el Barça acababa de derrotar al Tottenham (2-4) en el mejor partido del curso, decidió expresar sus sentimientos en ‘instagram stories’.
Así que publicó un mensaje con un emoticono en el que expresaba su enfado, lo cual motivó que el vestuario no lo viera con buenos ojos y que Vidal tuviera que rectificar publicando otro mensaje: “Excelente triunfo de equipo”.
El problema de Vidal no es que Valverde prefiera a Ivan Rakitic antes que a él, sino que el brasileño Arthur Melo también está por delante en la rotación que el chileno y últimamente Rafinha Alcántara también está en la cabeza del entrenador.
Por eso, Vidal, de nuevo en el banquillo en Mestalla, volvió a desahogarse en instagram: “Con los judas no se pelea, ellos se ahorcan solos!!!!”. Ese mensaje después de recibir más de 8.000 ‘me gusta’, entre ellos de Marc André ter Stegen, desapareció poco después de la red.
El chileno es de los que nunca se ha mordido la lengua a la hora de expresar sus opiniones. La suya es una historia que se repite entre muchos de los grandes futbolistas: criado en un barrio marginal, en el seno de una familia desestructurada y sin recursos económicos.
Por alguna desconocida razón, en vez de hablar directamente con Valverde, ha decidido airear sus pensamientos de ‘bad boy’, de futbolista que vive como juega, siempre al límite.
Sabe que para un antimadridista confeso como él y después de superar una lesión de rodilla que le mantuvo de baja desde abril a agosto pasado, fichar por el Barcelona fue un regalo inesperado que el fútbol le hizo.
Aunque no esté acostumbrado, Vidal necesita pausa y acostumbrarse a la nueva situación. Tomar perspectiva y, sobre todo, contar hasta tres y no tener los dedos tan ágiles antes de publicar en las redes sociales.
Cuando la pasada madrugada a su llegada a Miami, para jugar un amistoso con Chile ante Perú, a Vidal le preguntaron si sus mensajes en las redes se producían porque no jugaba, Vidal respondió: “No era solo por eso. La gente lo toma diferente, yo cuando tengo algún problema o enojo voy directo al entrenador y hablo con él. ¿Cómo uno va estar contento cuando no juega? Menos yo, que soy un jugador que siempre he luchado”.
Francisco Ávila.