POR ISMAEL CALA
@CALA
Solemos dar por sentado que lo que percibimos es la realidad absoluta, sin detenernos a cuestionar si nuestras creencias han sido moldeadas por el entorno, nuestras experiencias o incluso nuestros miedos. Crecemos dentro de una narrativa que nos dice quiénes somos y cómo debemos ver el mundo, pero ¿qué pasa cuando nos atrevemos a cuestionarla?
El despertar de una nueva consciencia comienza en el momento en que nos damos permiso de dudar, de explorar otras perspectivas y de expandir nuestra comprensión de lo que realmente significa existir. No se trata de abandonar nuestras convicciones, sino de permitirnos evolucionar, de dejar espacio para la posibilidad de que haya algo más allá de lo que conocemos.
La historia nos ha mostrado que las revoluciones de pensamiento han nacido de aquellos que tuvieron la valentía de mirar más allá de lo establecido. Y lo mismo ocurre en nuestra vida personal: cuando dejamos de lado la rigidez mental, comenzamos a percibir nuevas oportunidades, nuevas respuestas y nuevos caminos.
Vivimos en una era de información sin precedentes, pero también de desinformación, donde las opiniones se presentan como verdades absolutas y los sesgos dominan las conversaciones. En este contexto, aprender a escuchar—realmente escuchar—se convierte en un acto revolucionario. No solo se trata de oír al otro, sino de escucharnos a nosotros mismos con honestidad, sin los filtros de nuestras inseguridades o creencias limitantes.
Romper con los patrones de pensamiento rígidos es una de las formas más poderosas de crecimiento. Y la clave para lograrlo radica en cultivar la curiosidad, en atrevernos a cuestionar sin miedo a descubrir que quizás había algo que no habíamos visto antes. Es permitirnos aprender sin sentir que debemos aferrarnos a lo que ya sabemos solo por seguridad.
Este proceso de expansión no es fácil. Nos enfrenta a nuestras sombras, a las partes de nosotros que preferiríamos ignorar, a las emociones que han sido reprimidas y a los miedos que nos han paralizado.
En el camino hacia la unión con la consciencia divina que nos creó, cada paso cuenta. No hay fórmulas definitivas, solo una invitación constante a mirar hacia adentro y hacia afuera con la misma curiosidad y humildad. La vida no se trata de aferrarnos a lo que creemos saber, sino de expandirnos hacia lo que aún nos queda por aprender.
X: @cala
Instagram: ismaelcala
Facebook: Ismael Cala