Rodrigo Díaz M.
Los últimos datos sugieren que en la última semana se añadieron otras 105 muertes netas a la pandemia de Ontario, lo que eleva a 15.087 el número total de víctimas mortales relacionadas con el COVID-19 en los casi tres años de pandemia.
Anteriormente, Ontario había alcanzado las 10 mil muertes el 30 de noviembre del año pasado.
Cabe señalar que, aunque el aumento de las infecciones respiratorias ha desbordado las unidades de cuidados intensivos pediátricos en Ontario, el número de adultos que dan positivo en las pruebas de detección del COVID-19 en los hospitales podría estar disminuyendo.
Los últimos datos del Health Canada revelan que hasta el miércoles había 1.390 personas hospitalizadas que habían dado positivo en las pruebas de COVID-19, lo que supone un descenso del 17% con respecto a la semana anterior.
El número de pacientes que necesitan tratamiento en cuidados intensivos también se redujo en un 17% de una semana a otra y ahora es de 119.
Es la cifra más baja desde el 24 de septiembre.
Mientras tanto, la tasa de positividad semanal en las pruebas de PCR continuó su reciente descenso, pasando del 13,73% la semana pasada al 11,6% esta semana.
Son buenas noticias a primera vista, pero las autoridades han advertido de que el sistema sanitario de Ontario sigue sometido a una enorme presión al enfrentarse a la “triple amenaza” del VRS, la gripe y el COVID-19.
El Dr. Isaac Bogoch, especialista en enfermedades infecciosas, afirmó que, por desgracia, “nos espera una gran temporada de gripe”, pero dijo que la gente puede protegerse vacunándose contra la gripe y utilizando una mascarilla.
“Este año ha empezado un poco antes y ha salido muy rápido. ¿Significa eso que va a terminar un poco antes este año? No lo sabemos”, dijo. “Pero hay cosas que están bajo nuestro control. Tenemos excelentes vacunas que están ampliamente disponibles y, por supuesto, sabemos que con todos los virus respiratorios se puede reducir el riesgo de infectarse usando mascarillas”.
Los datos de vigilancia de aguas residuales de Ontario Public Health han sugerido que el nivel de actividad viral del COVID-19 en la provincia ha ido disminuyendo desde finales de octubre, incluso cuando la propagación de la gripe y el VRS sigue acelerándose.